En materia de mitigación, la NDC introduce por primera vez metas absolutas de emisiones. México contempla reducir sus emisiones a un rango de entre 332 y 363 millones de toneladas de dióxido de carbono equivalente (MtCO2e) en el escenario condicionado por cooperación internacional, y entre 364 y 404 MtCO2e en el escenario no condicionado, de aquí a 2035.
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Ambos rangos representan una reducción de entre 30% y hasta 43% frente a las emisiones actuales de alrededor de 583 MTCO2e, según la CICC.
Además, se estipula que el país se comprometió a una reducción de gases de efecto invernadero del 35% hacia 2035 (en sustitución de la meta de 2030 en la NDC 2.0) con inclusión de estos objetivos absolutos.
En el ámbito de adaptación, la nueva NDC despliega un enfoque amplio al incluir seis ejes prioritarios: población y territorio, sistemas productivos y seguridad alimentaria, biodiversidad y servicios ecosistémicos, gestión del agua con enfoque climático, infraestructura y patrimonio, y seguridad climática frente a migración e impactos extremos.
También se incorpora por primera vez un componente destinado a “pérdidas y daños”, que contempla asistencia humanitaria, mecanismos de transferencias de riesgo, aseguramiento paramétrico y atención a la migración inducida por el cambio climático.
De acuerdo con Climate Action Tracker, las políticas climáticas del país no han logrado aún alinear la trayectoria de emisiones con el objetivo de 1.5 grados centígrados.