Las ciudades tienen un papel clave en las estrategias para frenar o mitigar el cambio climático. De acuerdo con el Instituto de Recursos Mundiales (WRI), las ciudades son responsables de alrededor de 70% de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial y se espera que en 2050 alberguen a 2/3 de la población mundial, lo que las convierte en un polo de oportunidad para la reducción de emisiones.
Estas son las ciudades con más y menos inversión en transporte no motorizado
Uno de los ejes en los que se debe trabajar, señalan expertos, es el transporte motorizado (autos, camiones, motocicletas), pues este es responsable del 14% de las emisiones de GEI a nivel mundial. México se encuentra entre los primeros 10 lugares mundiales en cuanto a emisiones de GEI en el sector transporte, que es responsable de la emisión de 148 millones de toneladas de CO2, lo que lo convierte en la segunda fuente de emisiones después de la generación de electricidad, de acuerdo con WRI.
Ante esta situación, varios gobiernos han comenzado a priorizar proyectos de infraestructura que fomenten el uso de bicicletas y recorridos a pie como alternativas de transporte. De acuerdo con el WRI, las ciudades mexicanas tienen la capacidad de contribuir con alrededor del 29% de lo que se requiere para reducir las emisiones relacionadas con la energía entre 2020 y 2050 para lograr que la temperatura del planeta no aumente más de 2 grados centígrados desde la era preindustrial.
Algunas ciudades en el país ya avanzan en esta materia. Cada año, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) publica su índice de competitividad, donde se integra la evaluación del presupuesto destinado a transporte no motorizado, como porcentaje de fondos federales para movilidad. En 2023, entre las ciudades mejor evaluadas se encuentran San Francisco del Rincón en Guanajuato y Querétaro.
La inversión en infraestructura para transporte no motorizado también está alineada con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de las Naciones Unidas, específicamente con el ODS 11, que se enfoca en crear ciudades y comunidades sostenibles. En México, la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU) ha lanzado programas de renovación urbana que incluyen la construcción de ciclovías y la ampliación de espacios peatonales.
Sin embargo, aún falta mucho por hacer e invertir. Pese a las inversiones recientes, México solo ha bajado un peldaño dentro de los países en cuanto a emisiones de GEI en el sector transporte. El WRI señala tres líneas de acciones para descarbonizar al sector y promover la equidad: evitar y reducir la necesidad de viajes motorizados, cambiar a modos de transporte más sustentables (especialmente en el transporte público) y mejorar los combustibles y la tecnología de los vehículos.
Empresas y bancos de desarrollo, como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), han mostrado interés en apoyar financieramente estos proyectos, viendo en ellos una oportunidad para fomentar la resiliencia urbana y el crecimiento sostenible. Los expertos señalan que la inversión en transporte no motorizado no solo es una estrategia ambiental, sino también económica, ya que puede reducir los costos de infraestructura vial y de salud pública en el mediano y largo plazo.