La Organización de las Naciones Unidas (ONU) indica en su reporte anual de Movilidad Urbana Mundial que una regulación a los transportes sostenibles enfrenta desafíos que incluyen una infraestructura insuficiente y obsoleta, además de una falta de políticas de apoyo, barreras financieras, resistencia al cambio por parte del público y de las industrias establecidas.
Además, la ONU resalta que más allá de la infraestructura, la propia organización del sector del transporte también puede ser un obstáculo. Esto porque en muchas zonas urbanas los sistemas de transporte público están fragmentados, subregulados o gestionados mediante modelos de concesión obsoletos.
“En estos contextos, la reorganización de rutas, la racionalización de los servicios y la introducción de una regulación coordinada de los sistemas de movilidad urbana pueden tener un mayor impacto que la transición hacia medios de transporte sostenibles”, agrega la organización.
Benjamin Bell, director sénior de Políticas Públicas y Comunicaciones de TIER Mobility dijo en un análisis del Foro Económico Mundial (WEF, por sus siglas en inglés), que la rápida aparición de nuevas opciones de movilidad no ha dado a muchas ciudades la oportunidad de actualizar sus enfoques.
Bell señala que esto tiene un gran impacto en cómo las empresas de micromovilidad pueden ofrecer sus servicios y cómo los ciudadanos pueden interactuar con ellos, pues limita el crecimiento de las opciones de movilidad urbana sostenible en general y obstaculiza la innovación tecnológica.
“Aún queda mucho por debatir sobre cómo categorizar exactamente los patinetes eléctricos, pero la solución debe ser integral. Para los mercados donde ya existe un estatus legal, el siguiente paso es armonizar toda la infraestructura para crear más facilidad de operación para las ciudades, los ciudadanos y los operadores del transporte”, dijo para la WEF, Pauline Aymonier, directora de Tecnología y Política Ambiental de TIER Mobility.