Sin embargo, avanzar de manera efectiva con una estrategia de sostenibilidad ambiciosa requiere algo más que buenas intenciones. Es necesario contar con una estructura interna adecuada que soporte y guíe estas acciones de manera coherente y estratégica. En este sentido, el papel del Chief Sustainability Officer (CSO) o Director de Sostenibilidad se ha convertido en una función crítica para garantizar que los compromisos en sostenibilidad no queden solo en el papel, sino que se traduzcan en resultados tangibles y medibles.
El CSO es el encargado de liderar los esfuerzos de sostenibilidad dentro de la empresa, alineando las acciones medioambientales, sociales y de gobernanza (ESG) con los objetivos comerciales de largo plazo. Sus acciones no solo ayudan a mitigar el impacto de la empresa, sino que también fortalece la capacidad de la empresa para identificar riesgos emergentes, aprovechar oportunidades relacionadas con la sostenibilidad y cumplir con las expectativas de los inversores, reguladores y consumidores.
La importancia de contar con un CSO es ampliamente reconocida por la mayoría de los grupos de interés. De acuerdo con un estudio de EY, el 94% de los inversionistas institucionales cree que las empresas deben nombrar a un CSO para asegurar que la sostenibilidad esté representada a nivel ejecutivo. Un CSO puede transformar la sostenibilidad en una ventaja competitiva, permitiendo que las empresas se adapten a cambios regulatorios, respondan a las preocupaciones de los consumidores y se posicionen como líderes en sus industrias.
No obstante, no basta con tener un CSO en la estructura organizativa. Para que este rol sea verdaderamente efectivo, el CSO debe estar empoderado y tener la capacidad de influir en todas las áreas de la empresa. Esto implica no solo contar con recursos adecuados, sino también tener acceso directo a la alta dirección, incluyendo al CEO y al consejo de administración. Sin este nivel de influencia, las acciones en sostenibilidad pueden quedar limitadas a esfuerzos aislados que no logran el impacto esperado.
A pesar de la creciente importancia de este rol, los CSO enfrentan una serie de retos y obstáculos dentro de las organizaciones. Uno de los mayores desafíos es la falta de colaboración funcional entre departamentos. Aunque el CSO es responsable de liderar las iniciativas de sostenibilidad, a menudo se encuentra con que otros miembros del C-suite no están completamente alineados con estas prioridades o siguen enfocados en resultados a corto plazo.
Otro obstáculo relevante es la limitada autoridad de los CSO para hacer responsables a sus pares. Según otro estudio de EY, solo el 54% de los CSO tiene la autoridad para responsabilizar a otros líderes de la empresa por su desempeño en iniciativas de sostenibilidad. Esto crea una desconexión entre los compromisos corporativos y las acciones que se necesitan para cumplir con esos objetivos.
Además, la falta de recursos es un obstáculo recurrente. Solo 1 de cada 5 CSO cuenta con los recursos adecuados y la influencia necesaria para impulsar de manera efectiva la sostenibilidad dentro de sus organizaciones. Esto no solo limita su capacidad para implementar cambios profundos, sino que también puede afectar la moral del equipo de sostenibilidad, al no ver avances significativos.