La urgencia por combatir el cambio climático ha colocado a los sectores de minería, energía, petróleo y gas en una encrucijada histórica. El camino hacia la descarbonización, es decir, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI), es ahora un imperativo ineludible. Sin embargo, transitar a un futuro bajo en carbono no está exento de desafíos; afrontarlos y aprovechar las oportunidades requiere de una estrategia integral que equilibre la sostenibilidad ambiental, la justicia social y la competitividad económica.
Retos para minería, energía, petróleo y gas ante la descarbonización
Retos hacia la descarbonización
Es una realidad que los costos de la transición pueden ser elevados, ya que implica invertir en nuevas tecnologías, adaptar la infraestructura y capacitar al personal. Además, la incertidumbre regulatoria puede dificultar la planificación a largo plazo, así como la toma de decisiones de inversión. En este sentido, la complejidad tecnológica es inherente a la adopción de energías limpias, por lo que algunas empresas pueden encontrar diversos obstáculos en esta transición. Asimismo, puede surgir resistencia ante el cambio, incluso hacia el interior de la organización, es decir, por parte del talento y personas de interés que se preocupan por los posibles impactos económicos.
De manera externa, las comunidades locales que dependen de los combustibles fósiles en los sectores de minería, petróleo y gas afrontan un desafío adicional al tener que implementar una transformación profunda en sus modelos de negocio.
Oportunidades para la competitividad
Pese a los desafíos que implica, la descarbonización también ofrece oportunidades significativas. Por ejemplo, la innovación y el desarrollo tecnológico, impulsados por la transición energética, pueden acelerar la transformación de los modelos de negocio, generando nuevos productos y servicios que brinden ventajas competitivas a las empresas pioneras. Asimismo, estas podrán acelerar la eficiencia energética y la reducción de costos operativos a largo plazo. De esta manera, se abrirán paso hacia nuevos mercados y oportunidades a nivel global.
Al demostrar un compromiso genuino, las organizaciones pueden mejorar su reputación y licencia social para operar, ganando la confianza de los consumidores, inversionistas y comunidades. De igual forma, la transición energética puede generar nuevos empleos en sectores emergentes, lo que permitiría compensar la eventual pérdida de plazas en industrias intensivas en carbono.
Hacia una transición justa
Proteger al personal y comunidades afectadas por el cierre de minas o plantas de energía brindándoles apoyo para la reconversión laboral y la diversificación económica es crucial para garantizar una transición justa. Es crucial que los beneficios y las cargas de la descarbonización se distribuyan equitativamente. Asimismo, es indispensable fomentar el diálogo y la participación de todos los actores involucrados, lo que incluye a empresas, talento, comunidades locales e incluso gobiernos, a fin de diseñar soluciones conjuntas y equitativas.
Finalmente, la transparencia y la rendición de cuentas son fundamentales en este proceso, las compañías deben informar sobre sus avances en el proceso de descarbonización, así como sobre los impactos sociales y económicos generados, por lo que la colaboración entre los sectores público y privado también es crucial para movilizar recursos, compartir conocimientos y acelerar la transición hacia una economía baja en carbono.
En conclusión, lograr la descarbonización de estos sectores es complejo, pero necesario. Para conseguirlo, una visión integral que promueva la sostenibilidad ambiental, la justicia social y la competitividad económica será fundamental, ya que permitirá construir un futuro próspero y equitativo. En definitiva, las compañías que adopten una estrategia proactiva e inviertan en innovación, colaborando con todas las partes involucradas, estarán mejor posicionadas para liderar la transición hacia un mundo bajo en carbono.
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Nota del editor: Alejandro Pagés es Director de Asesoría en Sostenibilidad, ASG y Economía Circular de KPMG México. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.
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