El metano es, aunque poco conocido, igualmente devastador que el dióxido de carbono (CO2) y representa aproximadamente 30% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero. Con un potencial de calentamiento 80 veces mayor que el CO2 en un periodo de 20 años, el metano actúa como un potente acelerador de la crisis climática.
Este gas se produce en grandes cantidades en los sitios de disposición final (SDF) de residuos, así como en las plantas de tratamiento de aguas residuales de México. Comprender cómo se distribuyen y gestionan estos sitios es crucial para desarrollar estrategias efectivas de mitigación de emisiones y mejorar las prácticas de manejo de residuos.
El Observatorio Mexicano de Emisiones de Metano (OBMEM) se dio a la tarea de recabar datos para generar información técnica. Los resultados principales de esta investigación mostraron que, en 2022, 35 millones de toneladas de residuos sólidos fueron depositadas en SDF y generaron 897,801 toneladas de metano y 25.13 millones de toneladas de CO2e —similar al total de emisiones anuales de CO2e de países como Trinidad y Tobago o Namibia en 2021.
De las 35 millones de toneladas de residuos sólidos, 26% se depositaron en rellenos sanitarios, 25% en sitios no controlados y 49% en sitios controlados. Cabe resaltar que México cuenta con 2,250 SDF de residuos sólidos urbanos, de los cuales 30 operan como Rellenos Sanitarios (1% del total), 264 como sitios controlados (12%) y 1,956 (87%) como sitios no controlados o tiraderos a cielo abierto.
Adicionalmente, del total de SDF en el país, solamente 61 cuentan con algún esquema de manejo de biogás para el aprovechamiento del metano. De estos, solo 7 sitios cuentan con un aprovechamiento energético, mientras que los demás solo lo queman, contaminando y perdiendo así un recurso valioso. Capturar y utilizar este biogás como energía renovable no solo disminuiría las emisiones de metano, un gas con alto impacto climático, sino que además convertiría los residuos en una valiosa fuente de energía baja en carbono.
Según el documento “Ruta de Emisiones Netas Cero desde la Sociedad Civil” de Iniciativa Climática de México, la eficiencia de recolección en rellenos sanitarios con un buen diseño de operación podría ser entre 60 y 85%, lo que significaría una reducción en el mismo intervalo. El mismo informe reporta que establecer esta medida hacia 2060 tendría un costo marginal de abatimiento de 29.09 dólares/tCO2e.
Un panorama similar encontramos en el tratamiento de aguas residuales. En México operan 2,275 plantas de tratamiento de aguas residuales (PTAR) de origen municipal, que generaron, en 2022, 229,100 toneladas de metano (aproximadamente 6.4 millones de toneladas de CO2e) en 2022. El 66% de estas emisiones provienen de aguas residuales municipales tratadas y la parte restante de aguas no tratadas. De igual manera, se registraron 1,921 plantas de tratamiento de aguas residuales industriales en 2022, en las cuales se trató un caudal de 40,368 l/s, generando un estimado de 206,317 toneladas de metano y 5.7 millones de toneladas de CO2e).