El grupo sin fines de lucro descubrió que, en 30 empresas, los productos vendidos en países de bajos ingresos obtuvieron una puntuación más baja en un sistema de clasificación por estrellas desarrollado en Australia y Nueva Zelanda que los vendidos en países de altos ingresos.
En el sistema Health Star Rating, los productos se clasifican según una puntuación sobre 5 en función de su salubridad, siendo 5 el mejor, mientras que una puntuación superior a 3.5 se considera una opción más saludable.
En los países de renta baja, las carteras de las multinacionales obtuvieron una puntuación de 1.8 en el sistema. En los países de renta alta, donde se analizaron más productos, obtuvieron un 2.3.
"Es una imagen muy clara de que lo que estas empresas venden en los países más pobres del mundo, donde son cada vez más activas, no son productos saludables", afirmó Mark Wijne, director de investigación de ATNI, en una entrevista con Reuters.
"Es una llamada de atención para que los Gobiernos de estos países estén alerta", añadió.
Es la primera vez que el índice divide la evaluación en países de renta baja y alta.
Según la ATNI, el índice es importante, ya que los alimentos envasados contribuyen cada vez más a la crisis de obesidad, que es ya un fenómeno mundial.
Según la Organización Mundial de la Salud, más de mil millones de personas padecen obesidad en todo el mundo. El Banco Mundial calcula que el 70% de las personas con sobrepeso u obesidad viven en países de renta baja y media.