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El 93% de los empresarios cree que su empresa tiene un deber social más amplio

Los directivos coinciden en que ignorar las problemáticas sociales ya no es opción, sino un pilar estratégico para generar valor compartido y sostenibilidad a largo plazo.
jue 23 octubre 2025 05:55 AM
empresas y pobreza
Un estudio de Deloitte revela que el 93% de los líderes empresariales considera que su compañía es más que un empleador y tiene una responsabilidad más profunda con la sociedad. (GUILLERMO ARIAS/AFP)

Todas las empresas, sin importar su tamaño o sector, desempeñan un papel clave en la generación de oportunidades que contribuyen a reducir la pobreza. Lo hacen mediante iniciativas como la creación de empleos dignos, la inclusión financiera, la capacitación laboral y el fortalecimiento de las cadenas de valor locales. Directivos y expertos coinciden en que las compañías no solo pueden, sino que deben asumirse como agentes activos de transformación social.

Un estudio de Deloitte revela que el 93% de los líderes empresariales considera que su compañía es más que un empleador y tiene una responsabilidad más profunda con la sociedad. Además, el 95% de los directivos planea adoptar posturas más firmes frente a los retos sociales e invertir entre el 1% y el 5% de sus ingresos en iniciativas de impacto.

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La Organización de las Naciones Unidas (ONU) y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), reconocen que programas de microfinanzas, apoyo a emprendedores o esquemas de desarrollo de proveedores muestran cómo las compañías fortalecen su entorno y generan beneficios compartidos. LLas organizaciones coinciden en que estas acciones no solo mejoran las condiciones de vida de miles de personas, sino que también incrementan la productividad, la innovación y la estabilidad en el largo plazo.

Ruth Guevara, socia líder de Cambio Climático y Servicios de Sustentabilidad para EY Latinoamérica, menciona que las empresas privadas tienen muchos proyectos específicos que ayudan a las comunidades, especialmente en sus áreas de influencia. Guevara resalta que el impacto positivo que una empresa tiene en su comunidad y cómo lo aborda se ha convertido en un indicador de sostenibilidad, por lo que es crucial que este impacto sea medible.

“El tema de la medición del impacto social se ha sofisticado mucho. Esto busca asegurar que los programas organizados por las compañías realmente tengan un impacto en la sociedad y la comunidad, y que estén afectando al grupo vulnerable específico que se busca. Por ejemplo, estas mediciones aseguran que se esté impactando positivamente a una población objetivo específica (como niños de ciertas edades en transición escolar)”, agrega Guevara.

Para Francisco Ríos, director de Asuntos Corporativos en Mars Pet Nutrition México, abordar los desafíos sociales ya no es una tarea filantrópica, sino una prioridad estratégica, por lo que esta labor ha dejado de ser una actividad periférica para convertirse en un imperativo inherente al liderazgo empresarial.

Ríos subraya que el cambio empieza desde dentro: con el bienestar, la equidad y la inclusión de sus colaboradores, a través de programas como Be Well Together, WoMars, Family at Mars, Pride y Disability.

“Todas las decisiones que tomamos hoy deben construir el mundo que queremos mañana”, agrega Ríos.

En The Home Depot México, el enfoque es similar. Según Roberto Riva Palacio, gerente senior de Comunicación Corporativa y Responsabilidad Social, las iniciativas que benefician a la comunidad y a los colaboradores fortalecen la cultura organizacional.

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“Detectamos que las tiendas con más voluntariado presentan menor rotación. Atender los problemas sociales genera confianza, el activo más valioso de cualquier negocio”, apunta el directivo de The Home Depot México.

Por su parte, Mai Hernández, directora de Asuntos Públicos, Comunicación y ASG en PPG Comex, considera que el impacto social debe analizarse desde el origen de los productos. Como ejemplo, la directiva destaca la alianza entre Fundación Causa Comex y la Asociación Pro Personas con Parálisis Cerebral (APAC), donde aplicaron un aislante térmico impermeabilizante que reduce en 25% el consumo eléctrico de los espacios rehabilitados.

“La innovación y la tecnología deben servir para mejorar la calidad de vida de las personas. Si no contribuyen a mitigar el cambio climático o a generar ahorro energético, pierden su sentido. El aprendizaje clave es comprobar que la innovación, aunque lleve años de desarrollo, tiene resultados reales”, sostiene Hernández.

El desafío de medir el impacto

Los tres directivos coinciden en que medir el impacto social sigue siendo uno de los grandes retos. Sin métricas claras, la responsabilidad social puede quedarse en buenas intenciones.

“Las empresas son expertas en medir ventas, pero medir el impacto social apenas comienza a ser prioridad”, comenta Riva Palacio.

También señalan la importancia de garantizar la continuidad de los programas a largo plazo y de escalar las iniciativas para que generen un cambio significativo. Como advierte el Foro Económico Mundial, transformar la forma en que operan las grandes empresas tomará tiempo, pero el cambio ya está en marcha.

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