Un sueño compartido
La emprendedora señala que todo se activó cuando conoció en la incubadora de Guadalajara a Cynthia López, diseñadora industrial con una certificación en innovación social, con quien cofundó la empresa que pasó de llamarse Mexikoo (México, en maya) a Tuux Mexikoo. “Tuux es ‘pava’, en maya, y a mi hermana le decía 'Pava'”, explica Bustamante.
Las técnicas con las que trabajan generan nuevas ideas y permiten el juego entre materiales. “Es un doble win para las empresas, porque realizan una colaboración increíble con piezas bien hechas y suman la parte de responsabilidad social y nosotras somos ese puente que tiene la certificación y evita problemáticas con las comunidades”, agrega.
La innovación, señala por su parte López, se logra con cada artesano. “Ha sido un proceso muy empírico, que parte de conocer a cada persona artesana, su forma de pensar, lo que más disfruta de su técnica, observar su taller, sus piezas y descubrir el significado de la iconografía y la historia”, dice.
En el inicio, este proceso no fue sencillo. Con el confinamiento por la pandemia, y Bustamante y López en sus respectivas ciudades (Querétaro y Culiacán), la incubación fue en línea. Pero consiguieron un primer proyecto con el hotel Hyatt de la Ciudad de México, que les prestó el lobby para exponer algunas piezas. De ahí salieron más colaboraciones. Aunque el enfoque de la empresa es B2B, aún tiene una pop-up en el lobby para posicionar la marca.
“Un gran reto ha sido abrir camino hacia nuevas posibilidades, y lo hemos logrado gracias a la relación de admiración, comunicación y confianza con los grupos artesanales”, sostiene López. “Esto nos ha permitido diseñar en equipo, crear herramientas conjuntas y adaptarnos a nuevos lienzos, materiales y diseños”.
El mayor resultado, agrega, no ha sido adaptar las técnicas a más diseños, sino el fortalecimiento personal y comunitario. Las socias han visto cómo las y los artesanos ganan confianza, toman decisiones y se animan a explorar proyectos en los que su técnica se aplica en distintos formatos.
A más de cinco años de que Mariana tratara de ponerlo en marcha, su sueño se ha convertido en el de su hermana y en el de López. “La visión es la que mi hermana nos dejó, pero el resto es nuestra esencia, de mi socia y mía”.