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OXXO busca convertir su presencia nacional en una herramienta de impacto social

Con más de 34,000 puntos de venta en México y otros países, la compañía impulsa iniciativas de salud, alimentación y apoyo en situaciones de emergencia.
mar 15 julio 2025 05:55 AM
oxxo e impacto social
Entre los objetivos para 2030 de la cadena se encuentra que ninguno de sus residuos llegue al relleno sanitario.

OXXO ya es parte del paisaje urbano del país al tener más de 23,500 tiendas en territorio nacional. La presencia de la división de FEMSA Proximidad y Salud, a la cual pertenece OXXO, no se detiene ahí, pues cuenta con otras 11,000 unidades entre tiendas de conveniencia, estaciones de gasolina y Farmacias YZA en 13 países, una red que atiende diariamente a más de 14 millones de consumidores.

Este alcance convierte a la marca en una plataforma para detonar programas de salud, alimentación, rehabilitación de espacios públicos y apoyo en desastres naturales.

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“Una empresa no puede ser exitosa donde la comunidad fracasa”, dice Abraham Garza, gerente de Sostenibilidad y Responsabilidad Social de FEMSA Proximidad y Salud.

Durante 2024, la empresa invirtió 12.4 millones de dólares en iniciativas sociales, con las que benefició a más de un millón de personas a través de 828 acciones como la entrega de despensas en colaboración con bancos de alimentos, jornadas médicas gratuitas o la rehabilitación de espacios públicos.

Más que medir el impacto por el monto invertido, FEMSA lo cuantifica en número de personas beneficiadas. De ahí que para 2030, su meta sea impactar a ocho millones de personas con sus acciones comunitarias.

La presencia territorial también implica una responsabilidad permanente. No se trata solo de estar en todos lados.

“Queremos que la comunidad diga: ‘Qué bueno que está OXXO aquí’. No es solo una relación de ‘te vendo y me compras’, queremos ir más allá”, señala Garza.

Esta relación se hace evidente en momentos críticos, dice Garza. OXXO ha activado protocolos para brindar resguardo durante desastres naturales, entregar agua y despensas y trabajar en coordinación con autoridades locales para atender emergencias.

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El desarrollo comunitario también implica fortalecer la cadena de valor. FEMSA trabaja con miles de proveedores, quienes deben cumplir una serie de lineamientos y políticas de la compañía, pero que muchas veces no están desarrollando los temas de sostenibilidad, explica Garza.

“De tres años para acá, establecimos un programa que se llama Desarrollo de Proveedores en donde les vamos dando talleres, sensibilizaciones, les damos cursos también de administración y finanzas, de logística, porque un mejor desempeño del proveedor es un mejor negocio para él, y un mejor negocio para nosotros”, dice Garza.

Los resultados de los programas para desarrollar a sus proveedores no se ven de la noche a la mañana, es una apuesta a largo plazo, donde su prioridad está en los proveedores de marca propia y algunos de insumos críticos.

La colaboración con organizaciones civiles y autoridades también es parte clave del modelo. A través del programa Redondeo, por ejemplo, las tiendas canalizan donaciones hacía más de 300 asociaciones locales y trabajan también en la visibilización de las causas para garantizar su sostenibilidad más allá del donativo.

Con gobiernos locales, la compañía busca alinear sus esfuerzos con prioridades específicas como el rescate de espacios públicos o el fomento a la economía local, como con el programa “Hecho en México”, lanzado por la Secretaría de Economía. Esto permite generar sinergias, sumar recursos y amplificar el impacto.

La diversidad geográfica de las operaciones de la empresa también exige adaptabilidad. No todas las zonas tienen la misma infraestructura ni las mismas necesidades. En el caso del reciclaje, por ejemplo, mientras que en ciudades como Monterrey o Guadalajara es posible canalizar residuos hacia centros de procesamiento, en otras regiones simplemente no existen estas capacidades.

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Para lograr la meta de reducir a cero los residuos enviados a relleno sanitario, la empresa desarrolla el ecosistema de reciclaje donde haga falta, ya sea con alianzas con proveedores o con otras empresas. Actualmente, recicla 30% de sus residuos.

La sostenibilidad también comienza desde dentro. La empresa cuenta con más de 110,000 colaboradores en sus unidades de proximidad y salud. Durante el último año, implementó un Marco Cultural Integral que promueve la diversidad, el bienestar y el desarrollo profesional. El 44% de las nuevas contrataciones fueron mujeres y se han ajustado esquemas laborales para incluir a estudiantes, personas mayores o habitantes cercanos a las tiendas.

“Si nuestro colaborador está bien, él se va a desempeñar bien, el negocio va a mejorar, él es parte de la comunidad y se va a ver ese reflejo”, comenta Garza.

La conexión que la empresa busca y trabaja con proveedores, clientes, autoridades y personas que trabajan en la empresa no obedece a un sentido de filantropía, sino al de negocio.

“Tenemos que transformar cómo vemos las cosas y que veamos el valor que pueda haber intrínseco para que efectivamente los negocios crezcamos con un ambiente y entorno sano, próspero y en armonía con el planeta, porque es la única manera en que podemos sobrevivir otros 40 años más como OXXO u otros 135 años más como FEMSA”, comenta Garza.

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