Para Thalía Luján, fundadora de la iniciativa Querida Menstruación, la menopausia sigue sin figurar en el mundo laboral: “Es una etapa que aún está respaldada por la desinformación y los prejuicios. No entendemos qué está viviendo cada mujer, y eso genera confusión y desmotivación”.
Un estudio de la UNAM, citado por Luján, revela que el 60% de las mujeres en esta etapa se sienten confundidas. A esto se suman síntomas que afectan su desempeño laboral, como insomnio, ansiedad, depresión o cambios de humor y una falta generalizada de acompañamiento institucional. “Las mujeres sienten que no rinden al 100% y se exigen demasiado, cuando su cuerpo y su mente están en un proceso de transformación completamente natural”, refiere la especialista en educación menstrual.
Desde la perspectiva de Aoife Mc Gale, educadora de menopausia y fundadora del proyecto Menopausia Positiva, la falta de políticas específicas genera miedo y silencio, pues las mujeres no hablan de los cambios que están experimentando porque creen que se les va a juzgar, lo que las lleva a tomar la decisión de pedir menos responsabilidad o simplemente renunciar.
“Muchas mujeres, cuando alcanzan los roles de liderazgo, están pasando por la menopausia, por lo que sin apoyo adecuado es muy probable que duden de sus capacidades, dejando de lado su crecimiento profesional”, añade Mc Gale.
Un estudio de Korn Ferry Institute menciona que los síntomas de la menopausia han provocado que 18% de las mujeres no logre un aumento salarial, 15% no obtenga un puesto de liderazgo, 13% no consiga una bonificación ni sea parte de algún programa de capacitación y desarrollo profesional, y 12% no sea considerada para una promoción laboral ni tampoco forme parte del proceso de contratación para un nuevo puesto.
Estrés, rotación y ambientes poco saludables
Más allá de la menopausia, el tema de la salud mental y el equilibrio vida-trabajo sigue siendo un problema en las agendas corporativas. De acuerdo con Karla Villanueva, Gerente de Inteligencia de Negocio y Mercado de OCC, el estrés y el burnout son protagonistas en los espacios laborales.