Las soluciones de capacitación se basan en sistemas de riego por goteo, invernaderos sostenibles que integran sensores, internet de las cosas (IoT) y sistemas automatizados para optimizar el riego, la temperatura, la humedad y la fertilización. Además de soluciones basadas en la naturaleza como barreras naturales para retención del agua pluvial y reforestación de cuencas hidrográficas.
Sin embargo, los retos que se ha encontrado la empresa es que los agricultores tienen una fuerte resistencia al cambio y no es porque quieran desperdiciar agua, sino parte de su supervivencia de esas familias dependen mucho de que se haga una buena o mala decisión de riego para no afectar el rendimiento de sus cultivos.
Por ello, Saurí comenta que es fundamental abordar esta situación con empatía y entender su perspectiva, con el fin de explicar técnicamente el por qué el suelo no necesita tanta agua y, que de hecho, el exceso puede ser perjudicial.
“Cuando un agricultor logra estos ahorros y mejoras, los campos vecinos tienden a copiar estas prácticas por generaciones, lo que facilita la expansión de la iniciativa. La clave es la constancia y la asesoría personalizada”, comenta Saurí.
El director general de Aguas Seguras menciona que para lograr que se generen buenas estrategias de restauración, la empresa ofrece experiencia en la recolección de datos que incluyen imágenes satelitales, datos meteorológicos, información socioeconómica y de uso del agua, tecnología de detección remota, predicciones climáticas y muestreo de suelo.
“Aguas Seguras en cada proyecto o acuerdo genera rentabilidad económica, impacto social (medido en la cantidad de personas impactadas) e impacto ambiental (medido en metros cúbicos o litros de agua). México es considerado un país importante para trabajar debido a su tamaño, gran mercado interno y alta población, lo que inherentemente genera estrés hídrico”, agrega Saurí.