Estos son los retos y beneficios de las Normas de Información de Sostenibilidad

Las NIF son ampliamente utilizadas por las empresas en México, sean públicas o no, y ahora, a partir de 2025, el Consejo Mexicano de Normas de Información Financiera y Sostenibilidad (CINIF) implementará para todas las empresas las Normas de Información de Sostenibilidad (NIS). Las NIS estarán compuestas por 30 indicadores en materia ambiental, social y de gobernanza (ESG, por sus siglas en inglés), por ejemplo las emisiones de gases de efecto invernadero, el consumo de energía, la brecha salarial y el número de mujeres en los consejos de administración.

La emergencia climática que se vive en el planeta ha obligado a empresas y organismos a tener una mayor regulación en temas ESG y para Jessica Jiménez, socia de Asesoría en Sostenibilidad de KPMG México, estas normas “vienen justamente a atender esa necesidad de información que se está suscitando a nivel global”. No se trata de un tema nuevo; sin embargo, estaba muy enfocado a las grandes compañías. Con estas nuevas normas se está tratando de incluir a todas las empresas, sin importar tamaño o sector.

“La intención es que las empresas empiecen a elevar su nivel de madurez en términos de sostenibilidad para que estén en una posición de competitividad ante empresas más grandes o empresas globales”, dice Jiménez.

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Las NIS les dan herramientas a las pymes, por ejemplo, para ser más competitivas y acceder a nuevos clientes, como grandes compañías multinacionales, o a financiamiento más barato; sin embargo aún hay muchos retos que afrontar.

Uno de los desafíos se encuentra en la falta de conocimiento. Las empresas, señalan las expertas, deben entender de qué forma están generando impactos ambientales y sociales, y cómo se están gestionando desde la alta dirección.

“Las pymes no conocen los temas, y como no los conocen, piensan que no los tienen, y cómo piensan que no los tienen, no los capitalizan. Además, más del 90% de las empresas ven estos temas como un costo”, dice Adriana Pulido, CEO de ILUNKA, consultora que desarrolla estrategias de sostenibilidad para las empresas.

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Ese desconocimiento provoca que las propias empresas no cuenten con áreas de sostenibilidad, o que no tengan recursos asignados para la recopilación y procesamiento de los datos adecuados para reportar y realizar una estrategia ESG. “La mayoría escucha sostenibilidad o ESG y piensan que es algo extraño, en lo cual hay que invertirle mucho tiempo, dinero y esfuerzo. Y no, hay formas de bajarlo a la operación sin que tengas que hacer grandes inversiones”, asegura Pulido.

Beneficios de reportar las normas de sostenibilidad

Motivos para reportar hay muchos. Pocas empresas lo hacen de manera voluntaria, pero más allá de la obligatoriedad de reportar las NIS existen múltiples beneficios para cumplir con las normas.

Uno de ellos es retener clientes y tener la oportunidad de acceder a nuevos. Hay empresas, especialmente las europeas, que solicitan que sus proveedores cumplan una serie de requisitos en temas ESG. Para acceder a este tipo de clientes, es importante que las pymes hagan un reporte y estrategia ESG. Otro de los beneficios es el acceso a financiamiento. “Hay muchas instituciones que ya tienen productos de financiamiento verde con mejores tasas que las tasas normales”, explica Pulido.

Además, si una empresa empieza a llevar registros ESG, “puede identificar áreas de oportunidad para mejorar la productividad, puede identificar en dónde se están consumiendo más recursos y puede tomar acciones para mejorar costos, eficiencia y productividad”, dice Jiménez.

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Otro beneficio es la retención de talento. “Los temas de bienestar, de diversidad, de salario emocional, de propósito, hace que tengas una cultura organizacional más sólida, que la gente se quede contigo”, señala Pulido, quien detalla que eso se traduce en una reducción del costo por contratación y el costo propio de la curva de aprendizaje.

Consejos para implementar las normas

Jessica Jiménez de KPMG aconseja primero que nada conocer y entender las normas. “Son 30 indicadores básicos de sostenibilidad, se llaman IBSO, y se tienen que reportar los 30, no es como escoger cuáles sí, cuáles no”, de acuerdo con la especialista se debe analizar que pide la norma, ver con qué información ya se cuenta, porque muchas veces se tienen los datos aunque en un formato diferente, y si no se tienen, empezar a medirlos.

Justo en la medición donde hay otro desafío y es que la mayoría de las empresas medianas y pequeñas, no cuentan con plataformas de gestión de datos “ya sea porque están en el día a día tratando de sobrevivir o tratando de expandirse a otros mercados o por lo que sea, pero la tasa de reporteo y de transparencia en México es muy baja, no hay esa cultura y mucho de lo que se necesita para poder atender un reporte como lo que piden las NIS, pues es que tengas data”, señala Pulido.

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Pero no solo es acumular datos y datos. “Si tú empiezas haciendo un mal reporteo, lo vas a ir arrastrando probablemente por un buen periodo de tiempo, entonces si tienen la posibilidad también es aconsejable acercarse a expertos, contratar una consultoría puntualmente para este tema, y si lo quieren hacer in-house, solicitar una revisión de algún tercero”.

Por último, al empezar a responder las normas de información en sostenibilidad, o incluso hacer una estrategia de ESG, Pulido aconseja hacerlo desde la perspectiva de gestión de riesgos. “Analiza en qué industria estás, dónde estás colocado, qué comunidades tienes alrededor, qué producto haces, quiénes son tus clientes. Desde ese enfoque analizar dónde hay riesgos, sociales, ambientales, operativos, reputacionales, políticos, financieros, etcétera. Tener un análisis de riesgos con perspectiva de sostenibilidad te da la posibilidad de anticiparte a muchas cosas: no tener que pagar multas, no estar expuesto a perder una licencia o a llevarte mal con la comunidad y que te cierren la empresa, e incluso adelantarte a la propia regulación”.