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La alimentación sostenible, clave en la batalla climática y social

El deterioro que genera la producción de alimentos al planeta ha cambiado la percepción de las empresas y los consumidores, quienes buscan alternativas más sostenibles.
jue 14 noviembre 2024 12:56 PM
identificar alimentos sustentables
Los consumidores son una parte importante para impulsar la compra de alimentos más sustentanbles.

Combatir el cambio climático y la degradación ambiental nunca ha sido más importante como ahora, cuando las emisiones de dióxido de carbono se dirigen a un máximo histórico y con ello, también la temperatura del planeta. En este contexto, el sector alimentario juega un papel crucial en la lucha contra el cambio climático y la desigualdad social.

En el tema ambiental, el sector alimentario es uno de los más contaminantes para el planeta, ya que según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la producción de alimentos representa un tercio de las emisiones de gases invernadero y el uso del 70% del agua dulce en el mundo.

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En el sentido social, aunque la alimentación es un derecho universal, en algunos países puede ser un privilegio, pues de acuerdo con datos del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) existen 309 millones de personas que enfrentan hambruna aguda, principalmente en países de África y América Latina.

Para mitigar los impactos negativos del sector en materia ambiental y combatir la desigualdad social, la alimentación sostenible es clave al ser una forma de producción que garantiza la seguridad alimentaria y de nutrición desde el procesamiento, el envasado y el transporte de los alimentos hasta los consumidores.

Por ello, la WFP indica que es importante que las empresas y gobierno generen acciones políticas y económicas que permitan abordar las desigualdades arraigadas a la producción, además de transformar los sistemas alimentarios e invertir en prácticas agrícolas sostenibles, es decir, sistemas que puedan proteger la diversidad de plantas y animales, además del bienestar de las especies cultivadas y silvestres.

Lisa Spicka, directora de Consultoría en Sostenibilidad de NSF, y Daniela Reyes, senior project manager de Consultoría en Sostenibilidad de NSF, coinciden en que uno de los retos más difíciles para poder establecer lineamientos de sostenibilidad en el sector alimentos en México y en el mundo, es la escasez del agua y el cambio del clima, por eso, explican que es necesario que las empresas empiecen a cambiar procedimientos en la producción.

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“Las productoras de alimentos están batallando para finalizar sus productos. Es importante que modifiquen sus diferentes procedimientos para tener un menor impacto en el medio ambiente; por ejemplo, en la industria del café, se está estimando que para el 2050 el 50% de las tierras donde se siembra el producto ya no podrá ser utilizado para ese producto por el cambio climático”, explica Spicka.

Karla González Ramos, fundadora de Hopefoodly & Sisterfood, señala que hay mucho que conocer sobre el sistema alimentario sostenible, sobretodo por la desconexión que hay del consumidor y su comida, porque dijo que no sólo se trata de saber cómo conseguir nuestros alimentos en el supermercado, sino también conocer todo el impacto que tienen desde la agricultura, los recursos que se necesitan para producirlos, las condiciones del suelo, las comunidades que los producen y los beneficios que tienen todos estos procesos para la salud.

Spicka también señala que es importante que los consumidores sean más conscientes sobre las regiones de donde provienen sus alimentos (lo que fomenta a los productores locales y disminuye la contaminación generada en la transportación), ver si hay problemas respecto al clima, si se están produciendo con recursos escasos y si vienen de origen animal o vegetal, aunque es complicado, se tienen que adaptar para combatir con éxito el cambio climático.

Para generar un menor impacto ambiental, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomiendan integrar más vegetales a la dieta; comprar más alimentos certificados y de comercio justo; menos carne e incluir otras fuentes de proteína; menos alimentos procesados; y planificar mejor las comprar para tener el menor desperdicio posible.

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Las representantes de NSF mencionan que las certificaciones pueden ayudar a identificar este tipo de productos, desde sellos que indiquen que la elaboración de los alimentos han sido de manera orgánica, hasta los que puedan mostrar que el producto que están comprando las personas estén basados en vegetales sembrados de manera responsable y que están respetando el bienestar animal, que tiene que ver principalmente con su crianza.

“La gente debe tener contacto con sus alimentos y ser parte activa sobre esta construcción de un círculo virtuoso en donde todos podamos tener acceso a ese tipo de productos más sostenibles, porque la alimentación tiene que ver con su salud. Por ello, es relevante que las personas deben ir cambiando sus hábitos de consumo; por ejemplo, pues en lugar de comer tacos de carne todos los días (que son más contaminantes que los vegetales), pueden unos días combinarlos con nopales y champiñones”, comenta González.

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