Goldman Sachs no dio ninguna razón explícita para su marcha, pero se centró en su estrategia de futuro y en la creciente presión de los reguladores para hacer obligatorios los esfuerzos de sostenibilidad.
"Tenemos las capacidades necesarias para alcanzar nuestros objetivos y apoyar los objetivos de sostenibilidad de nuestros clientes. Goldman Sachs también está muy centrado en las cada vez más elevadas normas de sostenibilidad y requisitos de información impuestos por los reguladores de todo el mundo", dijo en un comunicado.
Los bancos que se adhieren voluntariamente a la NZBA acuerdan alinearse con el objetivo mundial de alcanzar cero emisiones netas en 2050, fijar objetivos que les ayuden a conseguirlo y publicar cada año los avances en sus esfuerzos, algo que Goldman Sachs dijo que seguirá haciendo.
"Hemos avanzado mucho en los últimos años en los objetivos de emisiones netas cero de la empresa y esperamos seguir progresando, incluso ampliando a otros sectores en los próximos meses", afirmó. "Nuestras prioridades siguen siendo ayudar a nuestros clientes a alcanzar sus objetivos de sostenibilidad y medir e informar sobre nuestros progresos".
Más temprano en el año, varios inversores estadounidenses, entre ellos la división de gestión de fondos de Goldman Sachs, abandonaron una coalición mundial que presionaba a las empresas para que frenaran las emisiones perjudiciales para el clima.
Inversores como BlackRock han sido demandados por Texas y otros 10 estados republicanos por supuestas infracciones a la legislación antimonopolio.