En 2022, el nivel de financiamiento anual para la biodiversidad de los países ricos a los pobres ascendía a poco más de 15,000 millones de dólares, según la OCDE.
El Ministro de Medio Ambiente de Sierra Leona, Jiwoh Abdulai, dijo a la AFP que los países en desarrollo querían un fondo totalmente nuevo en el marco del Convenio sobre la Diversidad Biológica, donde todas las partes -ricos y pobres- estuvieran representadas.
Los países en desarrollo sostienen que los fondos multilaterales existentes son demasiado burocráticos y de difícil acceso para ellos.
"Ahora mismo no tenemos un sitio en la mesa. Hay gente que toma decisiones que afectan a nuestras vidas", se quejó Abdulai. En el otro lado de la balanza, el negociador de la UE Hugo-Maria Schally dijo a AFP que las naciones ricas estaban "en vías de cumplir el compromiso de los donantes para 2025".
Enésimo nuevo fondo
En Cali se dieron cita los jefes de Estado de Colombia, Ecuador, Armenia, Guinea-Bisáu, Haití y Surinam, además de 115 ministros y 44 viceministros.
Guterres recordó el miércoles a los delegados que la humanidad ya ha alterado tres cuartas partes de la superficie terrestre y dos tercios de las aguas del planeta.
"Muchos países dicen que tenemos que crear un nuevo fondo aquí, mientras que todos los países donantes dicen: 'bueno, no estamos convencidos de que un nuevo fondo vaya a aportar realmente dinero nuevo porque el dinero público escasea, especialmente en Europa en estos días'", afirmó.
La ministra francesa de Ecología, Agnes Pannier-Runacher, declaró a la AFP que crear un "enésimo nuevo fondo" no resolvería la cuestión de base, que es "cómo los países menos desarrollados tienen acceso a los fondos". La idea de un nuevo fondo es el mayor escollo de las negociaciones financieras.
Otro de los puntos en disputa es cuál es la mejor manera de compartir los beneficios de los datos genéticos secuenciados digitalmente y extraídos de animales y plantas con las comunidades de las que proceden.
Estos datos se utilizan sobre todo en medicamentos y cosméticos que reportan miles de millones a la industria. Los negociadores aún deben resolver cuestiones básicas como quién paga por el uso de los llamados DSI (por sus siglas en inglés), cuánto, a qué fondo y a dónde debe ir a parar el dinero.