Aunque hay un aumento en el interés de las instituciones gubernamentales y privadas de poder incentivar el acceso de las empresas al financiamiento etiquetado como sustentable, existen un rezago para cumplir con lo estimado por las organizaciones internacionales.
Según datos del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), el gobierno tuvo un presupuesto de gasto en medio ambiente en 2024 de 73,232 millones de pesos, mientras que en ese mismo año el sector privado a través de la Bolsa Mexicana de Valores (BMV) registra una colocación 81,796 millones de pesos en bonos etiquetados (verdes, sustentables, sociales con énfoque de género vinculados), que en total sumaron más de 155,000 millones de pesos, es decir, el 8.8% de lo recomendado por la ONU.
"Uno de los retos es la falta de acceso a financiamiento sostenible para sectores clave como infraestructura resiliente y energías limpias. Asimismo, la falta de educación financiera y el desconocimiento de productos financieros sostenibles limitan el crecimiento de este mercado, especialmente entre pequeñas y medianas empresas", indica en un reporte la America Chamber México.
En un análisis, el Banco de México menciona que el financiamiento sostenible en México enfrenta desafíos como la falta de acceso a crédito para las pequeñas y medianas empresas (Pymes), la necesidad de estandarizar métricas y metodologías de evaluación de impacto, y una promoción de la visión de sostenibilidad en el sistema financiero.
Para cerrar esas brechas, el banco central recalca que trabaja para buscar que haya una mayor movilización de capitales (tanto nacionales como extranjeros) hacia inversiones verdes y bajas en emisiones de carbono, así como el desarrollo de soluciones innovadoras en materia de financiamiento sostenible tanto para el sector público como para el privado.