La tecnología de Kilimo permite a los agricultores, especialmente aquellos que ya han tecnificado sus sistemas de riego, ajustar y optimizar sus prácticas agrícolas. Mediante una plataforma que no requiere conexión a internet, los productores reciben recomendaciones sobre cuánto y cuándo regar. "Un productor con la tecnología de Kilimo puede llegar a ahorrar entre 500 a 2,000 metros cúbicos por hectárea al año", señala Flores.
La empresa no solo se enfoca en agricultores más tecnificados, también trabaja con más pequeños que no cuentan con sistemas de riego. En estos casos, la empresa ofrece soluciones basadas en agricultura regenerativa, colaborando con otras empresas aliadas, para implementar técnicas como nivelación de suelos y la mejora de los canales de riego, para reducir el consumo de agua.
Para incentivar el uso de la tecnología, la empresa paga el 50% del total del proyecto y el otro 50% lo cubre el productor. Ya sea a través de financiamiento o con fondos del gobierno; sin embargo, el 50% que invierte el productor se le regresa a final de la temporada agrícola durante 10 años. “Así generamos que el productor se va a quedar con nosotros los 10 años del proyecto, porque va a querer recuperar el retorno de esa inversión”, asegura la directiva.
Con su modelo de negocio, Kilimo no solo beneficia a los productores, sino que también apoya a las empresas que buscan cumplir con objetivos de responsabilidad ambiental al ser la conexión entre los agricultores y estas corporaciones. Entre las empresas con las que trabajan se encuentra Intel, que fue el primer corporativo con el que Kilimo comenzó a trabajar en México en 2018 y que este año logró ser agua neutral, es decir, que devuelve al medio ambiente más agua dulce de la que utiliza en sus operaciones en el país. Otras compañías con las que también trabajan son PepsiCo, Coca-Cola y Constellation Brands.
El uso de inteligencia artificial y la recopilación de datos en tiempo real permiten a Kilimo garantizar la trazabilidad del agua y la eficiencia en su uso, y así ofrecer soluciones específicas a cada región y cultivo, desde las zonas industriales más grandes hasta regiones agrícolas más pequeñas.
"Vamos recabando datos de diferentes productores en una misma zona y de diferentes variedades de cultivo", explica Flores, destacando cómo esta información permite ajustar las recomendaciones de riego y asegurar que se cumplan los objetivos de ahorro hídrico.