Un movimiento que crece
RappiCard no está sola en este esfuerzo. A nivel global, empresas como Mastercard han desarrollado un programa de tarjetas sustentables en colaboración con más de 100 bancos alrededor del mundo. En 2021, la firma lanzó su Sustainable Card Program, que impulsa el uso de materiales reciclados, bioplásticos y PVC recuperado. Según Mastercard, se han emitido más de 168 millones de tarjetas sostenibles desde el inicio de esta iniciativa.
En Europa, Triodos Bank, reconocido por su enfoque ético, ofrece tarjetas biodegradables hechas con bioplástico derivado del maíz. En Asia, DBS Bank en Singapur introdujo tarjetas fabricadas con materiales reciclados y promueve programas de recolección de plástico entre sus clientes.
A pesar de estos avances, la mayoría de las tarjetas bancarias aún se producen con PVC virgen. Un informe de Nilson Report estima que cada año se emiten más de 6,000 millones de tarjetas plásticas en todo el mundo. La transición hacia opciones más sostenibles representa tanto una oportunidad como un desafío para el sector financiero.
Conciencia ambiental
Además del componente ambiental, iniciativas como la de RappiCard también buscan generar conciencia social. “Esto es un mini ritual. Cada vez que usas tu tarjeta, te acuerdas que el medio ambiente importa y que en nuestras decisiones de consumo es donde está el cambio”, afirma Murillo.
La tarjeta ya puede solicitarse desde la app de RappiCard. Junto con el lanzamiento, la empresa aportó recursos al Museo del Axolote para la construcción de un nuevo domo de exhibiciones.
“El ajolote representa la dualidad de nuestra identidad mexicana, y también la posibilidad de regeneración”, dice Murillo. “Como empresas, debemos generar valor para la sociedad. No basta con tener utilidades si destruimos un ecosistema en el camino”.