Las nuevas políticas que implemente la administración de Trump y la posible salida del país del Acuerdo de París no solo impactará a Estados Unidos, sino a todo el mundo, pues esta economía es la segunda mayor contaminante a nivel global al emitir alrededor de 6,000 millones de toneladas de CO2, que representa 14% del total emitido en el mundo, de acuerdo con Climate Tracker.
Para Mauricio Llamas, socio de Hogan Lovells, lo que viene es una ola de desregulación. “Había una tendencia a regular ciertas actividades y a limitar emisiones, residuos, el desarrollo fracking, explotación de hidrocarburos y gasoductos, y cuando llegue Trump se va a abrir”, comenta.
Al mismo tiempo, con la llegada de Claudia Sheimbaum a la presidencia de México se esperan más políticas de protección al medioambiente en el país, lo que puede generar fricción entre ambos países, además “si abren allá y restringen aquí, las empresas pueden preferir, aunque sea más caro, explotar allá y tendremos una situación de desventaja competitiva”, indica Llamas.
Otro de los puntos que preocupan a los especialistas es que la administración de Trump eche para atrás la Ley de Reducción de la Inflación (IRA, por sus siglas en inglés), que es una legislación histórica aprobada en Estados Unidos en agosto de 2022, durante la administración del presidente Joe Biden. Aunque su nombre hace referencia a la inflación, la ley tiene un alcance mucho más amplio, se trata de la mayor inversión climática en la historia de Estados Unidos con énfasis en tres áreas clave: energía limpia, cambio climático y reducción del déficit fiscal.
Con el triunfo de Trump, el gobierno de Biden ha buscado fortalecer las disposiciones ambientales vigentes, pero los especialistas indican que “solamente se está postergando la entrada en vigor de las medidas que el nuevo presidente promoverá. Sin embargo, quedan esperanzas en las regulaciones estatales, que como en Vermont, han establecido que las empresas de energía fósil deben contribuir a un fondo estatal para daños por eventos climáticos extremos, o como en California, estado que estableció que para 2035, no permitirá la venta en el estado de vehículos que se basen solamente en gasolina”, indica el reporte ‘¿Habrá cambios en la matriz energética tras el triunfo de Trump?’ de BBVA Research.
El regreso de Trump también podría tener efectos negativos en la cooperación global para abordar el cambio climático. Estados Unidos, como segunda economía mundial y uno de los mayores emisores de carbono, juega un papel crucial en el éxito de acuerdos multilaterales como el Acuerdo de París. Un liderazgo estadounidense que minimice la importancia del cambio climático podría debilitar los compromisos de otras naciones y desacelerar el progreso global hacia la sostenibilidad.