Una evolución necesaria, ya que según el propio COI, en el contexto actual de calentamiento climático, solo una decena de países podrán organizar la edición invernal del evento en 2040... sin tener en cuenta la oposición cada vez mayor también en estos países por razones económicas y medioambientales.
Con una huella de carbono anunciada en 2023 equivalente a un millón de toneladas de CO2, "estos Juegos serán mucho más sostenibles que los precedentes Juegos de invierno", analizó David Gogishvili, investigador en el Instituto de Geografía y Sostenibilidad en la Universidad de Lausana (Suiza).
"Pero quedan cuestiones en suspenso, como el impacto de algunas sedes, la problemática de los desplazamientos de los espectadores, deportistas y medios, con proyecciones de emisiones de CO2 más bien imprecisas y arbitrarias", añadió el experto.
Juegos en varios países
Las asociaciones medioambientales están preocupadas por la aluencia de miles de espectadores en un entorno ya frágil y denuncian que no fueron consultados.
"Es el escándalo más grave de los Juegos", asegura el presidente de la asociación Mountain Wilderness, Luigo Casanova, a propósito de la construcción auspiciada por el gobierno de Giorgia Meloni de la pista de bobsleigh en Cortina d'Ampezzo (con una inversión de 120 millones de euros), cuando se hubiesen podido utilizar las pistas cercanas de Innsbruck (Austria) o St Moritz (Suiza).
"Sólo hay 50 practicantes de estos deportes en Italia", recuerda por su parte Vanda Bonardo, presidenta de la antena italiana de la Comisión Internacional para la Protección de los Alpes, sobre el escaso uso que se dará a esta instalación tras los Juegos.
Casanova denuncia el "derroche de dinero público" y propone para el futuro "unos Juegos en 15 o 20 días en varios países, utilizando las mejores infraestructuras ya existentes para cada deporte".