La temporada de calor viene acompañada de altos índices de contaminación y de un aumento de la concentración de gases de efecto invernadero (GEI). Para disminuir esos efectos, el gobierno declara contingencias ambientales en las que limita el uso del automóvil, uno de los principales causantes de la contaminación.
La temporada de calor crea un caldo de cultivo para las contingencias

Las ciudades más pobladas del país implementan estos programas de mitigación como el Hoy No Circula en la Ciudad de México, el Plan de Respuesta a Emergencias y Contingencias Atmosféricas (PRECA) de la ciudad de Guadalajara y Programa de Respuesta a Contingencias Atmosféricas para el Área Metropolitana de Monterrey.
En 2024, la implementación de contingencias ambientales en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México fue uno de los más altos en 31 años y mayo (en medio de la temporada de calor) fue el mes con más restricciones, además de que se registró la contingencia más larga, con 74 horas de altos niveles de ozono.
La Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) explica que la letalidad que hay en el aumento de la contaminación en temporadas de calor, que ocurre entre marzo y junio, es más fuerte en las ciudades debido al “efecto de isla de calor urbano” que involucra la liberación nocturna del calor almacenado durante el día en el cemento y los materiales metálicos urbanos.
Alberto Mendoza, profesor investigador perteneciente al Núcleo de Investigación en Clima y Sostenibilidad de la Escuela de Ingeniería y Ciencias del Tecnológico de Monterrey, dice que la temperatura tiene un efecto en los contaminantes atmosféricos.
Sin embargo, Mendoza explica que esta relación no es necesariamente directa y cambia mucho a través de las estaciones del año. La temperatura no va sola, sino que se acompaña de humedad y las velocidades del viento, todo eso hace que exista una respuesta diferente tanto en los contaminantes gaseosos como en las partículas suspendidas.
El calor junto con la radiación solar, también generan un “caldo de cultivo” propicio para que las concentraciones de ciertos contaminantes como el ozono, los compuestos orgánicos volátiles o las partículas en suspensión se disparen.
Los principales químicos como los óxidos de nitrógeno (NOx y NO2), los compuestos orgánicos volátiles (COV), el metano (CH4) y el monóxido de carbono (CO) son los principales precursores de ozono en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM), los cuales tienen distintas capacidades para formar ozono.
Las altas temperaturas ambientales generan riesgos para la salud. Los golpes de calor son la primera causa de defunción relacionada con el clima y pueden agravar enfermedades como la diabetes, el asma, los trastornos mentales y las enfermedades cardiovasculares, según la Organización de la Naciones Unidas (ONU).
Los expertos aseguran que las altas temperaturas provocan sequías, incendios forestales, la poca propagación de lluvias y de las rachas de viento aumentan el material particulado. Además que la alta emisión de partículas generadas por las gasolinas, solventes e incluso fugas de gas LP, favorecen la concentración de estos contaminantes.
Protección y mitigación
Guillermina Barrera, consultora en Medio Ambiente, Economía Circular y Cambio Climático, comenta que es importante que ante una contingencia ambiental, las personas permanezcan en su casa, usen bloqueador solar y tengan una buena alimentación e hidratación.
Por otro lado, para el tema de mitigación, la consultora explica que se necesita de una estrategia global en la cual se atienda a cada uno de los sectores que están emitiendo y que están produciendo estas emisiones.
Alberto Mendoza, profesor investigador perteneciente al Núcleo de Investigación en Clima y Sostenibilidad, añade que para atender todo el tema de mitigación se tiene que cambiar el tema cultural y voltear a ver a las soluciones basadas en la naturaleza, es decir, utilizar recursos del ambiente para restaurar y proteger el medio ambiente.
“El tema de las soluciones basadas en la naturaleza se relaciona con incrementar el uso de áreas verdes en las ciudades, cosecha de agua en la infraestructura urbana, generación de espacios con vegetación para atrapar contaminantes”, dice Mendoza.