El informe detalla que la posición de México se debe principalmente a que se tiene una alta dependencia de combustibles sucios y una débil aplicación de las regulaciones ambientales.
Aunque el país ha logrado avances en temas de biodiversidad y hábitats, resalta el EPI, muchos aún no han logrado proteger una fracción significativa de especies o hábitats importantes.
“Muchos países no informan regularmente sus datos a los organismos internacionales, incluido México, y la falta de mediciones y definiciones estandarizadas dificulta la comparabilidad. Esto resalta la necesidad de mejorar los sistemas de recopilación y estandarización de datos en este ámbito”, destaca el informe del índice de la Universidad de Yale.
Mario Rodríguez, investigador de la World Justice Project, explicó que los desafíos en materia medioambiental en México se agravan dada la debilidad del Estado de Derecho en el país, ya que este es reconocido como un elemento fundamental para la protección del medio ambiente en el mundo.
“A pesar de contar con un marco legal que en papel protege al medio ambiente, en México existe una brecha entre las leyes ambientales y la práctica. Esto es importante, ya que un ecosistema sano es un pilar de la sociedad y el soporte de la economía, y sin este, no podríamos sobrevivir”, indicó Rodríguez.
Por su parte, el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) comenta que también es imperativo fomentar una cultura ambiental que, a través de programas y políticas, cultive conocimientos, valores y acciones para la conservación de la naturaleza y comportamientos proambientales a nivel individual y colectivo (personas, comunidades, sociedad civil, instituciones y empresas).