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Desperdiciar comida en México contamina tanto como los autos de CDMX y Monterrey

Cada año, el desperdicio de alimentos en México genera millones de toneladas de emisiones contaminantes, agravando el cambio climático y el problema de la inseguridad alimentaria.
vie 31 octubre 2025 05:55 AM
alimentos
Las organizaciones internacionales señalan que en los hogares, pequeñas acciones como planificar las compras, aprovechar las sobras y compostar los residuos orgánicos pueden marcar una gran diferencia contra el desperdicio de alimentos. (Getty Images)

Cada año, en México se desperdician más de 30 millones de toneladas de alimentos, lo que constituye un grave problema ético, social y ambiental. A lo largo de toda la cadena de suministro, desde el campo hasta los hogares, se pierde una cantidad equivalente a tirar dos tráilers llenos de comida aprovechable cada minuto.

De acuerdo con un reporte del Banco Mundial (BM) y el Instituto de Recursos Mundiales (WRI), el desperdicio de alimentos en México no solo implica una pérdida de recursos, sino que también constituye una fuente de emisiones contaminantes.

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De acuerdo con el reporte, las emisiones de los productos desperdiciados rondan las 40 millones de toneladas de CO2 equivalente anuales, lo que equivale a la flota vehicular de la Ciudad de México y Monterrey.

Las organizaciones internacionales explican que los alimentos desechados, ya sea en el campo, en los centros de distribución o en los hogares, liberan metano al descomponerse, un gas con un poder de calentamiento 28 veces mayor que el del dióxido de carbono. A nivel global, el desperdicio de alimentos contribuye con el 10% de las emisiones totales de GEI y el 20% de las emisiones de metano.

Mariana Jiménez, directora general de la Red BAMX, menciona que el problema del desperdicio se observa fundamentalmente en los dos extremos de la cadena: la producción agrícola (cosecha, postcosecha, almacenamiento) y por hábitos de consumo y juicios estéticos de las personas.

“Las decisiones diarias de los consumidores inciden en el desperdicio. Ejemplos de prácticas que generan desperdicio incluyen compras no planeadas, comprar en exceso, no percatarse de alimentos próximos a caducar, preparar demasiada comida sin saber cómo refrigerar/congelar, o pedir más alimento en restaurantes del que se puede consumir”, comenta Jiménez.

Jiménez añade que otra práctica normalizada e invisibilizada es el rechazo de frutas y verduras que tienen imperfecciones (como una manzana ligeramente abollada o pepinos con ciertas líneas). Estos juicios estéticos que los consumidores aplican a las frutas y verduras impactan negativamente a los primeros eslabones de la cadena de suministro.

Cheaf, aplicación dedicada a combatir el desperdicio de alimentos al conectar a consumidores con negocios que tienen excedentes, presentó recientemente una encuesta sobre los productos que más se desperdician en México. Según los resultados, 65% de las personas tira comida porque se descompone antes de consumirla, 35% porque cocina de más y no la aprovecha, y 30% porque deja que caduque antes de usarla.

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“A pesar de que la producción de alimentos se está volviendo más difícil y más cara debido al cambio climático, una tercera parte de los alimentos producidos se va a la basura. El consumidor necesita información clara que debe provenir tanto de la industria alimentaria como del gobierno para poder cambiar sus hábitos, como planear mejor sus compras o no priorizar la estética de los productos”, dice Braulio Valenzuela, country manager de Cheaf en México.

Los alimentos que más suelen desperdiciar los hogares mexicanos son: comida cocida o sobrantes, con 40.4%; frutas y verduras, 32.3%; pan y productos de panadería, con 12.9%; envasados como cereales, snacks y conservas, 6.7%; carnes, pescados y embutidos, 4.3%; y lácteos y huevos, 3.5%.

Valenzuela comenta que México va muy tarde en la gestión de estos problemas. Pues aunque existe desde hace un año y medio la Ley General de Alimentación Adecuada y Sostenible, que cubre el tema del desperdicio de alimentos, no se ha reglamentado ni ejecutado.

Las organizaciones internacionales señalan que en los hogares, pequeñas acciones como planificar las compras, aprovechar las sobras y compostar los residuos orgánicos pueden marcar una gran diferencia, pues explican que si cada familia mexicana disminuyera su desperdicio de alimentos en 25%, las emisiones evitadas serían comparables a retirar más de un millón de autos de circulación.

“En un planeta donde cada año se desperdician más de 1,000 millones de toneladas de comida, y con más de 800 millones de personas sin acceso regular a una alimentación suficiente, la correcta gestión de los alimentos debe considerarse un asunto crucial para el futuro de la humanidad”, asegura Valenzuela.

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