Villarreal dice que, en los meses previos, México y Brasil convocaron a una cumbre ministerial en la Ciudad de México para reforzar la cooperación latinoamericana en materia ambiental. “Veintidós países vinieron a la Ciudad de México para mandar un mensaje claro sobre la importancia del multilateralismo y el apoyo regional a la presidencia brasileña”, explica. Este gesto, dice, proyecta a México como un actor clave en la construcción de consensos.
El contexto geopolítico, con tantas tensiones, refuerza la relevancia de ese liderazgo. “La COP llega en un entorno complicado del cual no puede estar exenta. No puedes eximir que la posición de Estados Unidos, las guerras o el financiamiento dirigido a conflictos estén afectando la cooperación climática”, advierte Villarreal.
En ese panorama, la decisión del gobierno mexicano de respaldar el multilateralismo “no es menor” y “le dará toda la plataforma para generar mayores alianzas y participación en iniciativas multilaterales, incluyendo las financieras”.
Además del papel diplomático, México llega con expectativas de mostrar mayor ambición climática. Según Villarreal, la NDC 3.0 incluirá una mayor ambición en materia de mitigación, componentes de adaptación y un innovador componente de pérdidas y daños, un tema clave en la región.
Países como Brasil, Colombia y Chile han aumentado sus metas de reducción de emisiones, y México busca mantener ese paso. De acuerdo con datos del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), América Latina aporta cerca del 9% de las emisiones globales, pero enfrenta impactos desproporcionados del cambio climático, lo que hace urgente la acción conjunta.
Además, según Naciones Unidas, los compromisos actuales colocarían al planeta en una trayectoria de calentamiento de 2.5 grados centígrados, lejos del objetivo de 1.5 grados.
Villarreal destaca además el papel de la Secretaria de Medio Ambiente y Recursos Naturales de México, Alicia Bárcena, y de la presidenta Claudia Sheinbaum, quien tiene un perfil climático, lo que ha generado expectativas internacionales sobre la postura mexicana.
Así, con la NDC 3.0, un liderazgo político comprometido y una estrategia de cooperación regional, México buscará consolidarse como un referente latinoamericano en la acción climática global.