“El proceso de fabricación de cemento y concreto de Holcim ofrece la oportunidad de incorporar grandes cantidades de residuos. El año pasado, Holcim a nivel global utilizó 38 millones de toneladas de residuos, posicionándose como una de las empresas que mayor cantidad de residuos reutiliza en el mundo”, dice Rivas.
El director de la empresa señala que muchas de las veces funge como el enlace entre los generadores de residuos y las plantas de cemento de Holcim y de otros clientes, por ello tratan de que en la medida de lo posible las instalaciones de Geocycle se encuentran dentro del mismo predio de la planta de cemento.
La tecnología empleada se conoce como coprocesamiento de residuos en hornos cementeros. Consiste en transformar los desechos mediante mezclado, trituración y la creación de formulaciones homogéneas. Este material se utiliza como combustible o materia prima alterna, lo que permite sustituir recursos no renovables y disminuir el uso de combustibles fósiles y materias primas vírgenes.
Lo más importante de este proceso es que, según Rivas, no requiere de químicos ni aditivos adicionales, gracias al desarrollo de una mezcla creada por su equipo de especialistas que puede incluir hasta 50 tipos distintos de residuos provenientes de alrededor de 30 empresas. Estos materiales se dosifican en proporciones específicas para generar una mezcla que cumpla con los criterios de calidad exigidos para alimentar el horno.
En la fase final de fabricación del clínker, el material granulado que se obtiene al calcinar a alta temperatura y que es la base del cemento, no genera residuos ni subproductos.
“El 100% del material incorporado se aprovecha; la ceniza se integra con la materia prima y todos los residuos se convierten completamente en cemento”, resalta Rivas.
Isaac Chairez, profesor investigador del Instituto de Materiales Avanzados para la Manufactura Sostenible del Tecnológico de Monterrey, comenta que en México, el uso de estos materiales ofrecen ventajas como la reducción de desechos, la disminución de la huella de carbono y, en muchos casos, mejoras en la durabilidad del concreto, además de alinearse con principios de economía circular.