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Climate Fingerprints. Medir el impacto integral de la empresa

Analizar el impacto de aliados y proveedores permite identificar oportunidades de mejora en eficiencia y resiliencia, haciendo a la empresa menos vulnerable a futuras normativas ambientales.
mié 27 noviembre 2024 06:02 AM
Climate Fingerprints. Medir el impacto integral de la empresa
Al incluir criterios climáticos en contratos y solicitudes de propuestas para servicios, las empresas pueden orientar su capital hacia prácticas más sostenibles, apunta Antonio Vizcaya Abdo.

A medida que el cambio climático exige respuestas más contundentes del sector empresarial, las métricas tradicionales de sostenibilidad —como el reporte de emisiones de carbono en operaciones directas— están resultando insuficientes. Aunque el control de emisiones y la eficiencia en el uso de recursos siguen siendo fundamentales, la realidad actual requiere un enfoque más amplio para comprender el verdadero alcance del impacto corporativo.

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Conceptos como el de Climate Fingerprints han surgido como respuestas innovadoras, proponiendo a las empresas evaluar su influencia ambiental en todas las áreas donde dirigen recursos y ejercen impacto indirecto, más allá de sus operaciones visibles y de las emisiones generadas en su cadena de valor.

Este enfoque se centra en examinar cómo cada área del negocio en la que una empresa canaliza recursos puede afectar al medio ambiente y la sociedad. Esto incluye esferas tradicionalmente menos observadas, como inversión/banca, seguros, marketing y filantropía. En lugar de limitarse a medir las operaciones internas, este modelo amplía la evaluación al impacto indirecto que generan las decisiones de inversión y los servicios contratados. Empresas como Seventh Generation han explorado este modelo, rastreando cómo el flujo de capital corporativo y las relaciones comerciales pueden contribuir, en última instancia, a respaldar o contrarrestar la crisis climática.

En este contexto, el modelo Climate Fingerprints implica identificar y analizar “puntos críticos” en la cadena de valor y en los servicios clave con los que una empresa mantiene relaciones. Cada vínculo financiero, desde fondos de inversión hasta aseguradoras y bancos, se convierte en un componente que influye en la huella total de la organización. Por ejemplo, una revisión de estas instituciones puede revelar el apoyo indirecto a la economía de los combustibles fósiles o, alternativamente, fomentar inversiones en proyectos sostenibles. Así, el enfoque propone una evaluación más completa de cada decisión y su alineación con objetivos orientados a enfrentar el cambio climático.

Adoptar un enfoque de impacto amplio no solo satisface las exigencias regulatorias, sino que representa una estrategia para gestionar riesgos reputacionales y financieros. La transparencia en todas las decisiones, incluidas las inversiones indirectas, genera confianza entre consumidores e inversionistas, quienes valoran a las empresas con compromisos claros y consistentes hacia la sostenibilidad. Además, analizar el impacto de aliados y proveedores permite identificar oportunidades de mejora en eficiencia y resiliencia, haciendo a la empresa menos vulnerable a futuras normativas ambientales.

Para los líderes corporativos, el concepto de Climate Fingerprints representa una ventaja estratégica que refuerza la posición de la empresa en el mercado. Al incluir criterios climáticos en contratos y solicitudes de propuestas para servicios, las empresas pueden orientar su capital hacia prácticas más sostenibles, estableciendo así un estándar que también comprometa a sus socios estratégicos. Esta alineación asegura coherencia en los valores corporativos y fortalece la imagen de la empresa frente a sus stakeholders.

El modelo también amplía el impacto positivo al integrar la sostenibilidad en áreas como marketing y relaciones públicas. Mediante una cuidadosa selección de agencias y aliados que promuevan una comunicación responsable, las empresas pueden asegurar que sus campañas reflejen de manera consistente y auténtica su compromiso con el medio ambiente. Esto no solo fortalece la coherencia del mensaje corporativo, sino que también contribuye a educar y concienciar a la sociedad en general sobre prácticas sostenibles.

La implementación de una estrategia de Climate Fingerprints demanda un compromiso transversal que abarque desde el área financiera hasta desarrollo corporativo y sostenibilidad. La colaboración entre estos departamentos resulta clave para integrar la sostenibilidad en cada nivel de la organización, asegurando que el compromiso con el planeta no solo guíe la toma de decisiones, sino que permee todas las relaciones comerciales y estratégicas.

Este enfoque implica también una reestructuración profunda en las prácticas de adquisición y en la formalización de contratos, estableciendo criterios que reflejen la intención de hacer frente a la crisis climática. Al redefinir estos procesos, la empresa se alinea de manera coherente con sus objetivos ambientales y fortalece su influencia positiva en cada interacción de su red corporativa.

Este modelo invita a las organizaciones a replantearse su rol en la crisis climática, abordando la sostenibilidad como un compromiso integral que va más allá de reducir sus propias emisiones. El enfoque de Climate Fingerprints permite a las empresas evaluar cómo sus decisiones de inversión, alianzas y comunicación pueden contribuir activamente a soluciones sostenibles, utilizando cada aspecto de sus operaciones, desde la gestión financiera hasta la elección de socios, como una herramienta para apoyar prácticas responsables.

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Al adoptar este enfoque, las empresas pueden demostrar cómo su impacto positivo trasciende su huella ambiental directa, inclinando el sistema hacia soluciones y alianzas con organizaciones que tienen compromisos sólidos en sostenibilidad. La revisión de prácticas de financiamiento, la selección de socios y las estrategias de comunicación se convierten en herramientas clave para orientar el apoyo hacia modelos que promuevan un impacto ambiental y social positivo, evitando el respaldo a prácticas que perpetúan la crisis climática.

En resumen, adoptar esta postura permite a las empresas ampliar su contribución a la sostenibilidad y consolidarse como agentes de cambio dentro del sistema. Implementar una evaluación integral del impacto brinda la oportunidad de redefinir relaciones y recursos, orientando las decisiones hacia prácticas responsables que refuercen la credibilidad de su compromiso ambiental. De esta manera, cada contrato, inversión y alianza se convierte en un reflejo de los valores sostenibles que la organización aspira a promover.

Integrar la sostenibilidad en cada área de influencia es esencial para un liderazgo corporativo que responda eficazmente a los desafíos actuales. Las empresas que adopten esta visión estarán mejor posicionadas para desarrollar un modelo de negocio resiliente y adaptable, contribuyendo de manera tangible a la creación de un sistema empresarial que valore y fomente activamente la sostenibilidad.

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Nota del editor: Antonio Vizcaya Abdo, consultor en distintas organizaciones y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México enfocado en Sostenibilidad Corporativa. Reconocido por LinkedIn como Top Voice en Sostenibilidad. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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Opinión ESG Protección al medio ambiente

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