La Ciudad de México, Guadalajara y Monterrey serán las tres sedes en territorio mexicano, con 13 partidos programados. En lugar de construir infraestructura nueva, como ocurrió en otros países, se utilizarán estadios ya existentes, lo que abre la puerta a otro tipo de intervención: la regeneración del entorno social y económico que rodea a estos recintos.
“Cruzando la calle del Estadio Azteca, hay edificios con techos de lámina. ¿Cómo podemos permitir que un evento multimillonario no beneficie a quienes viven a unos metros?”, dice Romero.
La estrategia de Ola México se articula en torno a tres acciones clave. Primero, fomentar empleo digno entre jóvenes. Segundo, acompañar y fortalecer negocios locales, como fondas, farmacias o tiendas de barrio, para que estén en condiciones de aprovechar la derrama económica. Y tercero, construir cadenas de valor con empresas que tengan impacto social y ambiental positivo.
El objetivo es que los grandes compradores y patrocinadores del Mundial integren a estos negocios y empresas de impacto en su operación.
Como parte de la iniciativa, el 30 de julio, se realizó una ronda de negocios organizada por Sistema B México, Impact Hub y aliados como Nacional Monte de Piedad, en Casa Cemefi. Participaron 112 empresas, de las cuales 48 están certificadas como Empresas B, aquellas que cumplen con altos estándares sociales, ambientales y de transparencia. Grandes compradores como Walmart, Liverpool o Grupo Presidente se reunieron con negocios de impacto en sesiones de 15 minutos, en busca de generar relaciones comerciales sustentadas en valores.
“Nos sumamos para contribuir desde el propósito que tiene el movimiento B, de generar una economía inclusiva, equitativa, regenerativa. Y no se trata solo de impulsar que más empresas sean B, sino de transformar este tipo de eventos y que pasen de ser un modelo de negocio extractivo a uno regenerativo”, dice Javier Herrero, director ejecutivo de Sistema B México.