¿Cómo funciona la bioacústica en el Amazonas?
La bioacústica, aunque suena futurista, no es un concepto nuevo. Se refiere al estudio de los sonidos de la biodiversidad para entender la salud de un ecosistemas y las especies que lo ocupan. Es como poner un estudio de grabación en el Amazonas para analizar la abundancia en medio de la selva.
“No todos los animales se pueden ver, pero sí tienen muchos tipos de sonidos que los caracteriza. Se trata de medir el sonido de la selva y detectar cómo van cambiando respecto al tiempo”, detalla Lavista.
El sonido de una rana, ejemplifica, se puede aislar con la tecnología como en un estudio se graba la batería por un lado y la voz por el otro. También es posible utilizar escuchar a la rana en su hábitat para reunir más información, categorizarla y analizarla.
La bioacústica está fuertemente ligada a la Inteligencia Artificial y al aprendizaje automático para poder procesar la cantidad de datos que se recolectan todos los días en los más de 5.5 millones de kilómetros cuadrados de la selva que dan cuenta de su estado de salud.
Lavista explica que para procesar esta información, tanto Microsoft como las organizaciones que forman parte de la iniciativa crearon un modelo de lenguaje capaz de procesar audio e imágenes cuya finalidad es detectar patrones de deforestación para tomar acciones en consecuencia.
La iniciativa ha tenido varias actualizaciones desde su primera implementación. Por ejemplo, las imágenes satelitales se obtienen de forma diaria para generar un monitoreo más pormenorizado, además de contar con más datos sobre la región y su fauna para identificar especies más rápidamente.
Asimismo, ha conseguido la colaboración de instituciones gubernamentales, como el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, el cual ha comenzado a generar reportes a partir de la información del Proyecto Guacamaya para generar políticas ambientales de conservación del Amazonas.
Un 10% de la selva se encuentra dentro de las fronteras de Colombia, es por ello que trabajan con estas instituciones. Las soluciones tecnológicas son parte de una plataforma de código abierto, llamada Pytorch Wildlife, en las que se comparten modelos de IA para la conservación de especies en el mundo.
Hasta ahora, el proyecto Guacamaya ha analizado más de 100,000 sonidos y su grado de confiabilidad en identificación de especies es superior al 80%, además de que su impacto se mide en la reducción de tiempo tan significativa de los procesos para la conservación, ya que reduce años de trabajo manual a unas cuantas horas.