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Sonidos de la selva: IA y bioacústica combaten la deforestación del Amazonas

El proyecto Guacamaya es una iniciativa entre Microsoft e instituciones especializadas para ayudar a la conservación forestal más grande del mundo.
vie 18 octubre 2024 04:02 AM
selva
Entre el 2022 y el 2023, la selva más grande del mundo perdió alrededor de 3 millones de hectáreas por deforestación.

Redmond - Washington. En medio del Amazonas, los sonidos de la selva comunican. Hablan acerca de una región devastada. Gritan en busca de auxilio y entre las pocas personas que escuchando están las responsables del Proyecto Guacamaya, una iniciativa que usa Inteligencia Artificial para monitorear la deforestación del lugar y proteger su biodiversidad.

Tan solo entre 2022 y 2023, la selva más grande del mundo perdió alrededor de 3 millones de hectáreas por deforestación, de acuerdo con datos del Proyecto de Monitoreo de la Amazonía Andina. Esta cifra representa un promedio de 10,000 hectáreas perdidas al día, es decir, alrededor de 14 veces el Bosque de Chapultepec.

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Datos del Instituto de Investigación Espacial de Brasil, por otra parte, revelan que los esfuerzos de conservación han tenido un efecto positivo, pues la tala disminuyó un 66% en 2023 con relación al año anterior; sin embargo, la Amazonía brasileña ha perdido casi el 20% de su cubierta forestal desde inicios de la década de los 70.

En qué consiste el Proyecto Guacamaya

Juan Lavista Ferres, vicepresidente y científico de datos del laboratorio AI for Good, de Microsoft, explica que esta iniciativa busca entender la salud de la selva en su conjunto a partir de la combinación de imágenes, sonido e interpretaciones de expertos.

Bajo este concepto, la selva se convierte en una sinfonía y los científicos en directores de orquesta que deben convertir los sonidos de la naturaleza y sus ritmos en melodías de información para describir las narrativas de la selva en torno a problemas como la deforestación y la explotación masiva de recursos.

En este proyecto, Microsoft no trabaja por su cuenta, ya que también participan el Centro de Investigación CinfonIA, de la Universidad de Los Andes, el Instituto SINCHI, el Instituto Humboldt y la organización Laboratorios Planetarios PBC.

Entre todos han combinado diversos tipos de tecnologías: desde imágenes satelitales, cámaras al ras de la selva e incluso bioacústica para reunir información, identificar patrones y a partir de esos datos tomar decisiones para combatir la deforestación.

Un elemento importante es que se trata de dispositivos no invasivos, pues utilizan imágenes satelitales para detectar lugares, además de que los micrófonos son tan pequeños que no modifican las dinámicas de los animales.

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¿Cómo funciona la bioacústica en el Amazonas?

La bioacústica, aunque suena futurista, no es un concepto nuevo. Se refiere al estudio de los sonidos de la biodiversidad para entender la salud de un ecosistemas y las especies que lo ocupan. Es como poner un estudio de grabación en el Amazonas para analizar la abundancia en medio de la selva.

“No todos los animales se pueden ver, pero sí tienen muchos tipos de sonidos que los caracteriza. Se trata de medir el sonido de la selva y detectar cómo van cambiando respecto al tiempo”, detalla Lavista.

El sonido de una rana, ejemplifica, se puede aislar con la tecnología como en un estudio se graba la batería por un lado y la voz por el otro. También es posible utilizar escuchar a la rana en su hábitat para reunir más información, categorizarla y analizarla.

La bioacústica está fuertemente ligada a la Inteligencia Artificial y al aprendizaje automático para poder procesar la cantidad de datos que se recolectan todos los días en los más de 5.5 millones de kilómetros cuadrados de la selva que dan cuenta de su estado de salud.

Lavista explica que para procesar esta información, tanto Microsoft como las organizaciones que forman parte de la iniciativa crearon un modelo de lenguaje capaz de procesar audio e imágenes cuya finalidad es detectar patrones de deforestación para tomar acciones en consecuencia.

La iniciativa ha tenido varias actualizaciones desde su primera implementación. Por ejemplo, las imágenes satelitales se obtienen de forma diaria para generar un monitoreo más pormenorizado, además de contar con más datos sobre la región y su fauna para identificar especies más rápidamente.

Asimismo, ha conseguido la colaboración de instituciones gubernamentales, como el Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales de Colombia, el cual ha comenzado a generar reportes a partir de la información del Proyecto Guacamaya para generar políticas ambientales de conservación del Amazonas.

Un 10% de la selva se encuentra dentro de las fronteras de Colombia, es por ello que trabajan con estas instituciones. Las soluciones tecnológicas son parte de una plataforma de código abierto, llamada Pytorch Wildlife, en las que se comparten modelos de IA para la conservación de especies en el mundo.

Hasta ahora, el proyecto Guacamaya ha analizado más de 100,000 sonidos y su grado de confiabilidad en identificación de especies es superior al 80%, además de que su impacto se mide en la reducción de tiempo tan significativa de los procesos para la conservación, ya que reduce años de trabajo manual a unas cuantas horas.

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