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La banca cambia de chip: tarjetas con plástico reciclado, maíz y hasta madera

Los bancos aceleran la emisión de tarjetas de crédito y débito con plástico reciclado, madera y bioplásticos para reducir su huella ambiental.
mar 19 agosto 2025 05:55 AM
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A través de la alianza con Thales, Rappicard ha emitido más de 40,000 tarjetas de crédito recicladas y cada una equivale a una botella de plástico recuperado.

Con los consumidores cada vez más preocupados por reducir su consumo de plásticos, hay una artículo de este material en el que muchas veces no pensamos: las tarjetas de crédito y de débito. Y, sin embargo, es posible que, sin saberlo, el plástico de la última botella de agua que tomaste viva ahora en tu cartera.

En el mundo hay alrededor de 17,000 millones de tarjetas de crédito, débito y prepagadas, de acuerdo con Nilson Reports, una consultora especializada en la industria global de tarjetas de pago, y en México, circulan poco más de 275 millones, señala el Banco de México. Con estos números y un interés creciente por poner el foco en el medioambiente, las instituciones bancarias y financieras apuestan cada vez más por iniciativas sustentables con la emisión de tarjetas elaboradas con plástico reciclado de los océanos o de las propias tarjetas caducadas y recolectadas, y carteras con hilos reutilizados.

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Nilson Reports prevé que los pagos a comercios a través de tarjetas crecerán 43% en los próximos cinco años, desde las 776,000 millones de transacciones registradas en 2024. Y estima que cada año se emiten 6,000 millones de tarjetas en el mundo. En los últimos cinco años, el porcentaje de esta cifra que se genera a través del plástico reciclado crece.

En abril de 2021, la Iniciativa Financiera del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente lanzó la Alianza Bancaria NetZero, un proyecto global que apoya a los bancos para liderar la mitigación del cambio climático de acuerdo con los objetivos del Acuerdo de París y que ha triplicado su número de miembros desde entonces, para llegar a 128 instituciones financieras de 44 países. Y más de 345 han firmado los Principios de una Banca Responsable, más de la mitad de la industria bancaria, señala la ONU.

En México, una de las últimas iniciativas es la alianza entre Rappicard y Thales, uno de los fabricantes de tarjetas más importantes del mundo, para emitir sus tarjetas de crédito con plástico reciclado, con las que recupera desechos plásticos en zonas costeras como Quintana Roo. “Se han conformado varios consorcios a nivel mundial para generar, probar y certificar productos que estén alineados a cómo tener un menor impacto en tarjetas”, señala Danilo Ochoa, director de Ventas para Banca y Pagos de Thales en México y Centroamérica, empresa que tiene como meta lograr las cero emisiones contaminantes hacia 2040.

Desde inicios del año pasado, a través de esta alianza con Rappicard se han emitido más de 40,000 tarjetas de crédito recicladas y cada una equivale a una botella de plástico recuperado. Para cerrar el círculo, Rappicard se asoció con la firma mexicana textil Someone, Somewhere, que desde hace 10 años trabaja con artesanos textiles de comunidades indígenas del país, para producir las billeteras para guardar estas tarjetas, elaboradas también con materiales reciclados. “Desarrollamos un material propio que se llama circulum, que consiste en utilizar hilos que provienen de desecho textil”, explica Eduardo Molina, director de Asociaciones de la empresa. “Nuestros aliados recuperan este textil, lo separan por colores, lo trituran y lo vuelven hilo otra vez”.

​​En el caso de las carteras que llegan a los clientes de Rappicard, su origen está en manos de artesanos oaxaqueños y chiapanecos mediante técnicas de telar en pedal o también conocido como telar de chicote. “Los artesanos hacen estos metros de tela que nos envían a la Ciudad de México y nosotros confeccionamos las carteras”, agrega Molina.

Colaboraciones como las de Rappicard con Someone, Somewhere generan un impacto en las comunidades en donde se encargan este tipo de productos: “Si un artesano trabaja de tiempo completo con nuestros proyectos, puede salir de una condición de pobreza”, asegura el directivo de la empresa textil.

Y no son solo botellas o plásticos que se rescatan de los océanos, también se recicla el sobrante de la elaboración de las propias tarjetas. Los esfuerzos son amplios y vienen de parte de todos los actores de la industria.

Mastercard, por ejemplo, lanzó en 2018 su Programa de Tarjetas Sostenibles, al que se han unido 330 emisores de 80 países. Desde entonces, se han convertido más de 168 millones de tarjetas de la red en materiales reciclados y de base biológica. El pasado mes de abril, la firma dio a conocer que, a partir del 1 de enero de 2028, todas las tarjetas de plástico de nueva producción deberán fabricarse con materiales más sostenibles, incluidos plásticos reciclados o de origen biológico, como rPVC, rPET o PLA, y aprobarse a través de un programa de certificación. También anunció que ayudará a sus socios emisores durante la transición del PVC virgen.

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Uno de ellos es HSBC, que a inicios de 2021, dio a conocer un programa para incorporar tarjetas sustentables en todos los países donde opera, México incluido. El objetivo es que, a finales de 2026, se haya eliminado el material de PVC nuevo por reciclado. Con esa medida se evita la emisión de 161 toneladas de CO 2 y reducirán el desperdicio de plástico en alrededor de 73 toneladas por año, equivalentes al peso de casi 40 automóviles.

Tarjetas de madera y de maíz

Ochoa, de Thales, destaca que en la búsqueda de materiales amigables con el medioambiente se desarrollan y se ponen en el mercado materiales de ácido poliláctico (un polímero biodegradable que procede de la fermentación del maíz o del azúcar) o, incluso, tarjetas de madera reciclada. “Utilizamos un segmento de árboles que vienen de Europa, que tienen un tiempo de vida útil”, explica.

Estas tarjetas se convierten en una pieza única porque el corte de cada una es distinto. La madera proviene de la silvicultura sostenible en Alemania y por cada metro cúbico, se obtienen 100,000 tarjetas. En una encuesta realizada por la firma a clientes sobre la posibilidad de uso de tarjetas de madera, el 65% de los participantes señaló que la adoptaría al ser una alternativa única y estaría dispuesto a pagar el 50% más por una tarjeta de estas características que por una de plástico. Y tanto Visa como Mastercard han mostrado su aprobación de este tipo de materiales para la emisión de tarjetas.

Otra de las formas en que Tales intenta reducir la huella de carbono es con la elaboración de tarjetas fabricadas con un menor porcentaje de PVC, ya que la producción de este tipo de plástico requiere el uso de cloruro de vinilo y otros aditivos que suelen ser tóxicos y generan daños ambientales y a la salud de los humanos. En mercados como Brasil, por ejemplo, se hace una recolección de los plásticos que ya vencieron para triturarlos y ese mismo material se usa en la fabricación de nuevas tarjetas o de libretas.

El 70% del plástico lo provee una organización llamada Parley for the Ocean, dedicada a iniciativas y desarrollo de productos con plástico recolectado de los océanos. “Para 2030 dejaremos de utilizar el PVC como parte de nuestra línea de productos. No van a desaparecer [estas tarjetas], las vamos a sustituir por un nuevo material”, agrega Ochoa.

En años recientes, otras instituciones financieras, como BBVA o Santander, se han sumado a las acciones de sustentabilidad con tarjetas de PVC reciclado. Santander comenzó en 2023 y pretende que todas sus tarjetas de débito y las tarjetas LikeU sean sustentables con 85% de PVC reciclado y la tecnología Touch Card de Mastercard, que agrega un suaje para hacerla accesible a quienes tienen alguna discapacidad visual.

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Banregio y su filial digital, Hey Banco, también ofrecen a sus clientes una alternativa que va más allá de los materiales: las tarjetas duales. Sus clientes pueden tener en un mismo plástico su tarjeta de débito y la de crédito con el mismo chip y la misma vigencia. “Enviar cada plástico cuesta tres veces más de lo que cuesta la tarjeta”, explica Mauricio Ballesteros, director de la Banca de Personas y Negocios de Hey Banco, quien destaca que con las tarjetas duales es más fácil activar la función de crédito en el plástico. Al momento de pagar, la terminal preguntará al cliente si prefiere hacer el pago con débito o crédito. Hoy en día, Hey Banco tiene cerca de 150,000 clientes con una tarjeta dual de un universo de 500,000 totales.

José Antonio Murillo, CEO de Rappicard, destaca que la empresa hace ciertas ediciones limitadas de plásticos que apoyan causas sociales, por ejemplo, las pride, en alianza con The Trevor Project México, una organización sin fines de lucro que trabaja para evitar el suicidio entre la comunidad LGBT+. El directivo explica que poco más del 30% de las tarjetas que colocan es por recomendación de un cliente y detectaron que con este tipo de productos especiales, que conectan con los valores del usuario, la recomendación del producto aumenta seis puntos porcentuales.

Cada vez más bancos tienen iniciativas sustentables o están en etapas tempranas, pues todo indica que los consumidores demandan productos que sean amigables con el medioambiente e iniciativas como estas apuntan a ser solo las primeras de muchas para combatir el cambio climático. Con clientes cada vez más comprometidos con este tipo de iniciativas, no hacerlo supondrá perderlos.

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Tarjeta de Crédito Sustentabilidad

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