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Las bolsas regresan al súper

Bioelements, una empresa chilena de envases biodegradables, en alianza con Walmart, Uber o Jüsto, traen de vuelta las bolsas, que parecen de plástico pero no lo son, se degradan en solo unas semanas.
mar 03 junio 2025 05:00 AM
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Macarena Chavez, country manager de Bioelements México.

Pides el súper a domicilio y, cuando llega, la persona repartidora no baja con las bolsas de papel o las cajas de cartón, te entrega tus productos en una bolsa de ¿plástico? Si has recibido uno de estos empaques y revisas a detalle, encontrarás el nombre de la empresa chilena Bioelements en la parte inferior de la bolsa, que no es de plástico, sino de un material que se biodegrada en solo unos meses.

Para quienes viven en 29 de los 32 estados de la República, entre los que se encuentran la Ciudad de México, Jalisco, Nuevo León o Querétaro, recibir bolsas dejó de ser algo común hace cinco años, cuando empezaron a entrar en vigor las leyes que prohíben la comercialización y distribución de plásticos desechables de un solo uso, una medida que pretende reducir la contaminación plástica y fomentar el uso de alternativas reutilizables o biodegradables. Cada año, se producen más de 400 millones de toneladas de plástico en el mundo y México es el segundo país con más contaminación plástica de América Latina, solo después de Brasil, al producir anualmente 5.9 millones de toneladas, según el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).

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Pero no solo es un problema de producción, sino también de disposición, ya que, de acuerdo con el PNUMA, la tasa de reciclaje es del 9%. “El reciclaje es fundamental, pero no va a la velocidad que necesitamos. Por eso, debemos pensar en soluciones innovadoras desde el origen del empaque”, dice Macarena Chaves, Country Manager de Bioelements México.

Una de esas propuestas son las bolsas biodegradables que, a diferencia de otros tipos, no contienen aditivos que las degradan y que terminan convirtiéndose en microplásticos, sino que su formulación permite que unos hongos filamentosos, que están presentes en todos los ambientes, colonicen el empaque de afuera hacia adentro y se alimenten de él. “Es muy parecido a los hongos que puedes encontrar en una naranja, por ejemplo, o una manzana que dejas afuera del refrigerador”, explica Chaves, con lo que se degrada en un promedio de 20 meses tras el consumo. “Está comprobado que, además de ser alimento para el planeta, estas bolsas se van biodegradando sin causar una biotoxicidad ni generar microplásticos”.

Esta solución permite que la bolsa se degrade en un vertedero o en cualquier otra condición, ya que no requiere estados especiales de ambiente, pH, oxígeno o suelo, como sí sucede con otros empaques biodegradables.

A la puerta de tu casa

Para llegar a más consumidores, Bioelements ha establecido alianzas con empresas como Walmart, Uber Eats y Jüsto. Con Walmart, la cadena de autoservicio más grande de México, comenzó a trabajar hace poco más de un año. “Ambos llegamos en el momento correcto. Ellos tienen metas claras en sustentabilidad y nosotros queremos remplazar la mayor cantidad de toneladas de plástico convencional posible”, comenta Chaves.

Su adopción ha generado mejoras en eficiencia operativa y reducción de costos logísticos. “Medimos el tiempo operativo en centros de distribución y encontramos que las bolsas optimizaban el proceso de empaque en más de cinco minutos por paquete. Además, ocupan menos espacio en camiones y reducen el peso del transporte”, explica la ejecutiva. Esta alianza con Walmart no se reduce a las bolsas de entrega al consumidor final, sino que también ha presentado soluciones para el empaque en sus centros de distribución.

En el caso de Uber Eats y Jüsto, el uso de las bolsas biodegradables responde a la necesidad de alternativas sustentables para las entregas a domicilio. “Si pides por Uber Eats, notarás que la bolsa tiene información sobre su composición y cumplimiento con normativas. Educamos a nuestros clientes para evitar caer en greenwashing y asegurar transparencia en el impacto ambiental”, indica Chaves.

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El mercado de plásticos biodegradables en México enfrenta un marco regulatorio fragmentado, con legislaciones distintas en cada estado sobre los plásticos de un solo uso. Bioelements trabaja con equipos legales y de certificación que aseguran la validez de sus productos en distintas regiones. Además, tiene un acuerdo administrativo con la Secretaría del Medio Ambiente y colabora con la UNAM para demostrar la biodegradabilidad de sus productos.

La empresa también forma parte de iniciativas globales, como Race to Zero, un convenio que audita y controla las emisiones de CO2 en los procesos productivos. “Nuestros empaques generan 60% menos emisiones que el plástico convencional. Buscamos mitigar el impacto ambiental desde la producción hasta el final del ciclo de vida”, explica la ejecutiva.

Si bien las bolsas biodegradables reducen la contaminación plástica, la transición a un consumo más responsable requiere cambios estructurales en la industria y una mayor participación de los consumidores. Según un estudio de La Vulca & Netquest para Bioelements, el 78% de los mexicanos reconoce el impacto negativo del plástico y el 70% se considera más consciente sobre su uso, pero el 80% opina que las empresas deben asumir el costo de estos cambios.

“El consumidor demanda alternativas sostenibles, pero también tenemos que trabajar en educación y en certificaciones que respalden lo que decimos. Nos apoyamos en alianzas con el Pacto de los Plásticos, universidades y organismos como Endeavor para avanzar en la adopción de soluciones más responsables”, dice Chaves.

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bolsas de plástico industria del plástico Contaminación ambiental

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