Tecnología robusta
Las olas de la costa oeste de Estados Unidos podrían, en teoría, abastecer a 130 millones de hogares, o suministrar alrededor de un tercio de la electricidad que se consume anualmente en el país, según el Departamento de Energía estadounidense.
Sin embargo, la energía undimotriz sigue siendo la pariente pobre de otras energías renovables más conocidas y no se ha comercializado con éxito a gran escala.
La historia del sector está llena de naufragios empresariales y proyectos hundidos por la brutalidad de alta mar.
Desarrollar dispositivos lo suficientemente robustos como para soportar la furia de las olas, a la vez que transmiten electricidad a través de cables submarinos hasta la costa, ha resultado ser una tarea imposible hasta ahora.
"El 99% de los competidores optó por instalarlos en medio del océano, donde es extremadamente caro y se estropean constantemente, lo que impide que las iniciativas prosperen", explicó Braverman.
Con su dispositivo retráctil montado en el muelle, esta emprendedora cree haber encontrado la solución.
"Cuando las olas son demasiado altas para el sistema, los flotadores simplemente suben hasta que pasa la tormenta, evitando así daños", señaló.
El diseño le resulta atractivo a Krish Thiagarajan Sharman, profesor de ingeniería mecánica en la Universidad de Massachusetts Amherst, cuyo laboratorio está probando diversos equipos de energía undimotriz.
"El talón de Aquiles de la energía undimotriz está en los costos de mantenimiento e inspección", dijo a la AFP.
"Por eso tiene mucho sentido tener un dispositivo cerca de la costa, donde se pueda caminar sobre un rompeolas e inspeccionarlo", agregó el especialista, que no está asociado al emprendimiento de Braverman.