Los retos en México y América Latina
Wilmar Suárez, analista de energía para América Latina en la consultora Ember, coincide en que existe el potencial de que México pueda ser líder en transición energética en la región, sin embargo, existen áreas de oportunidad que no tienen que ver con la capacidad de producción, sino con la burocracia.
Suárez explica que mientras que en México los trámites para un proyecto energético tardan de dos a cuatro años, en países como Brasil se realiza entre uno y dos años, y en Uruguay, donde los trámites son más eficientes, duran en promedio entre seis meses y un año. Esto es relevante, señala, pues mientras no se tengan más proyectos de energía renovable, el país seguirá dependiendo de los combustibles fósiles importados, principalmente de Estados Unidos.
“Para que México alcance la meta de 45% de generación limpia para 2030, debe triplicar la generación renovable en cinco años. Para lograr esta aceleración, el principal reto de implementación es la eficiencia de los trámites para crear un entorno habilitador que permita hacer más eficiente el proceso de licenciamiento de los proyectos en todas sus fases, reduciendo notablemente los tiempos hasta la entrada en operación de las plantas de generación renovable”, dice Suárez.
Para la GEAPP, otro de los retos que enfrenta México y América Latina se centra en varios aspectos: la alta dependencia de plantas hidroeléctricas, cuya producción se ve afectada por las temporadas de sequía; la falta de modernización en la infraestructura de transmisión y distribución de energía; y la escasa implementación de sistemas que permitan mejorar la eficiencia energética.
Estas deficiencias y problemas provocan que cerca de 17 millones de personas en América Latina sigan sin acceso a electricidad y que poco más de 60 millones de personas experimenten un suministro poco confiable.