El enfoque de Terra Energy contrasta con el de la mayoría de empresas solares en México, que suelen operar con modelos de venta directa o contratos de compraventa de energía (PPA) a largo plazo con clientes industriales. Mientras estas firmas buscan escalar rápido con pocos contratos grandes, Terra ha elegido un camino más intensivo en operación pero más inclusivo, con más de 5,000 instalaciones activas en techos de todo el país.
“Nuestro segmento principal son techos chicos y medianos. Es más complejo de operar, pero más rentable por las tarifas que pagan estos usuarios. Las tarifas domésticas de alto consumo y comerciales pequeñas pueden llegar a estar por encima de los 6 pesos por kilowatt-hora, mientras que las industriales rondan los 3 pesos”, explica el CEO.
Para sostener esta operación intensiva, Terra ha desarrollado una plataforma tecnológica que automatiza buena parte del proceso, desde el análisis de viabilidad hasta el servicio postventa. Esta estrategia ha permitido que la empresa instale más de 100 sistemas al mes en al menos 20 ciudades distintas del país, sin recurrir a subcontratistas. “Todo lo instalamos nosotros, nuestras cuadrillas, nuestro personal técnico”, afirma Pérez-Aguirre.
El crecimiento de Terra también ha sido posible gracias a esquemas innovadores de financiamiento. La empresa tropicalizó para México el modelo de Tax Equity Investment, común en Estados Unidos, lo que le permitió levantar más de 1,000 millones de pesos en activos sin ser propietaria de los paneles. “Los dueños de los activos son terceros inversionistas. Nosotros operamos y ganamos un margen. Es un ganar-ganar para todos: el usuario, el inversionista y Terra”, dice el directivo.
En 2024, Terra dio un paso más al asegurar el primer Project Financing en México para generación distribuida a nivel retail, por 500 millones de pesos, con un CKD especializado en infraestructura y energía. Este financiamiento le permite proyectar entre 2,500 y 3,000 nuevas instalaciones en los próximos 24 a 30 meses, y consolidar su expansión hacia un nuevo segmento que denomina “techos medianos”: gasolineras, farmacias, cadenas de restaurantes y franquicias. De hecho, ya firmaron contrato con la cadena de comida rápida Carl’s Jr. en el norte del país.