Este enfoque dio origen a Flextival, una iniciativa que ha logrado reunir más de 1.5 toneladas de envolturas en su edición más reciente.
“Queremos posicionar que los flexibles sí se pueden reciclar”, afirma Cordero.
La empresa ha crecido de dos fundadoras a un equipo de más de 30 personas. Durante la pandemia, su impacto se aceleró.
“La sensibilidad ambiental después de la pandemia aumentó y las empresas comenzaron a exigir más acciones concretas”, dice Valdez.
Aunque Ecolana ha trabajado con marcas como Amazon, Bimbo, Nestlé y P&G, su meta ahora es llegar a millones de usuarios. Ecolana tiene cobertura nacional y busca extender sus servicios a empresas pequeñas, con soluciones accesibles para reducir y reciclar residuos.
En México, el desafío sigue siendo enorme. Según datos de la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), el país genera cerca de 120,000 toneladas de basura al día, y solo un porcentaje reducido se recicla. Parte del problema radica en la falta de infraestructura, información y coordinación entre los distintos actores de la cadena de residuos.
“No va a haber manos suficientes en la cadena para separar lo que el ciudadano no separa”, advierte Cordero. Por eso, las fundadoras de Ecolana insisten en que el cambio comienza desde el hogar.