“Nos dimos cuenta de que muchas personas enfrentan este problema y que las soluciones existentes, como las sillas de ruedas eléctricas, son costosas y poco accesibles”, dice Rodríguez.
En México, el costo de una silla de ruedas eléctrica ronda de los 10,000 hasta los 50,000 pesos.
Después de dos años y medio de investigación y desarrollo, el equipo diseñó un sistema que motoriza cualquier silla de ruedas mecánica sin necesidad de modificaciones permanentes, por medio de un adaptador que se instala en menos de cinco minutos y es controlado mediante un joystick o una aplicación móvil, sin necesidad de perforaciones o modificaciones.
Este adaptador funciona mediante un sistema de fricción que permite el movimiento de la rueda grande de la silla. Aprovecha la estructura existente de la silla para instalar un control y ajustar unas pequeñas ruedas que, al hacer contacto con la rueda principal, la hacen girar. Gracias a este mecanismo, el dispositivo permite avanzar, retroceder y girar en distintas direcciones.
"Lo hemos probado en seis tipos de sillas, desde las de ruedas neumáticas hasta las más firmes y ha demostrado ser funcional en todas ellas", comenta Delgadillo.
Actualmente, Chair Out se encuentra en la fase de perfeccionamiento de su prototipo y espera lanzarse al mercado en la primera mitad de este año para que sea más compacto, ligero y, sobre todo, accesible económicamente. Para lograrlo, buscan reducir costos de producción mediante la manufactura a gran escala y establecer alianzas con hospitales, fundaciones y entidades gubernamentales.
El costo inicial de producción del dispositivo fue de aproximadamente 6,000 pesos, pero con una producción en serie podría reducirse hasta 35%. Además, uno de los principales desafíos que han enfrentado los fundadores ha sido encontrar algunos componentes eléctricos en el país para la fabricación del dispositivo, lo que dificulta su producción y aumenta el costo, explica Delgadillo.
“Estamos buscando reducir los costos, porque por ahora nosotros lo fabricamos totalmente a mano y lo que estamos buscando es armar una cadena de producción para que sea más accesible”, dice Delgadillo.
El emprendimiento ya ha recibido apoyo financiero a través de concursos de innovación, como al del premio en la categoría de prototipo del premio Unitec a la Innovación, donde ganaron 30,000 pesos o el de Santander Universidades donde obtuvieron 150,000 pesos.