Manuel Rosemberg, su fundador, cuenta que el proyecto nació por los retos a los que se enfrentó su familia con el cuidado de su abuela que sufre de Alzheimer, además de lo complicado que fue encontrar los cuidados adecuados para su papá y suegra que tuvieron cáncer de pulmón y leucemia, respectivamente.
Rosemberg decidió enfocar su formación académica en matemáticas aplicadas de la Universidad de Columbia y una especialización en inteligencia artificial aplicada a la salud, no solo por su experiencia personal, sino también por la evidencia de un déficit mundial de 10 millones de trabajadores especializados en cuidados, lo que amenaza la calidad de la asistencia.
El primer paso fue fundar, en 2015, Paz Mental, una empresa que ofrece cuidado, rehabilitación y estimulación del adulto mayor en México, pero su ambición fue más allá. En 2022, junto a Ariel Zylbersztejn, inscribió su proyecto de ANA Care para la convocatoria del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) que buscaba tecnologías en la región que ayudaran a resolver el reto de cuidado de personas mayores. Presentaron su herramienta y fueron los ganadores del reto de BitLab, gracias a ello, consiguieron el financiamiento necesario para transformar la plataforma en algo que pudieran utilizar todas las organizaciones de salud preocupadas con mejorar y formalizar la industria de cuidado.
ANA Care es una plataforma tecnológica que conecta a través de la aplicación móvil y un cerebro de inteligencia artificial a los cuidadores, familias y a los proveedores del servicio, para asignar, monitorear, reportar y dar soporte vía remota a todos los involucrados. La compañía actualmente tiene 15,000 cuidadores y cuidadoras que han utilizado la plataforma y su ambición es aumentarla a 150,000 usuarios en los siguientes tres años. “Para el tamaño del mercado, la cantidad de cuidadores que hay en América Latina sigue siendo una facción muy, muy pequeña, pero para nosotros sería un salto importante”, dice Rosemberg.
El emprendedor destaca que la integración de la inteligencia artificial (IA) permite capacitar a los cuidadores de acuerdo al perfil específico de la persona a la que cuidan. Para ello, la tecnología genera métricas para medir los síntomas, las rutinas y las dietas, ya que de acuerdo a esta información, se construye un reporte sobre contenidos que pueden mejorar la calidad del cuidado o si realmente hay que notificar a un médico. “Con todas estas automatizaciones y algoritmos que utiliza la IA, el cuidador puede asegurar que se están descartando riesgos importantes”, resalta.