Sufre Brasil, paga el mundo
Con 54.2 millones de sacos de 60 kilogramos producidos en 2024, según un balance difundido este martes por la Compañía Brasileña de Abastecimiento (Conab), Brasil vio caer un 1.6% su cosecha respecto de 2023.
Y eso a pesar de que 2024 debía ser un año abundante en el ciclo bienal del arábica, la variedad más consumida, cuya planta suele alternar una temporada de buena floración con otra de menores rendimientos.
"El clima adverso (...) tuvo impacto en importantes regiones productoras de café, afectando negativamente los rendimientos promedio", señaló la Conab.
Dueño de más de un tercio de la producción mundial, Brasil marca el pulso del precio internacional.
El valor de la libra de arábica alcanzó en diciembre su máximo desde 1977. Cotizó a 3.48 dólares en la bolsa de Nueva York, con un aumento de 90% en menos de un año.
"Trabajo en el café desde hace 35 años y nunca vi una situación tan difícil como la actual", dice el caficultor Guy Carvalho, uno de los consultores brasileños más reconocidos del rubro.
"Después de la última gran zafra, en 2020, siempre tuvimos algún problema climático", explica.
Carvalho dice que los altos precios se deben en buena medida a la "frustración" ante cuatro zafras decepcionantes consecutivas y a la previsión de que los malos resultados se repitan en 2025.
El panorama de precios se complica aún más por factores geopolíticos, como las posibles trabas arancelarias tras la asunción de Donald Trump en Estados Unidos, o reglamentarios, como las regulaciones europeas sobre deforestación.