El cambio climático encabeza la lista de los 10 riesgos globales

Las empresas, en particular, deben ser conscientes de que el cambio climático no solo tiene implicaciones ambientales y sociales, también conlleva graves consecuencias para sus operaciones, finanzas y capacidad de competir en un entorno cada vez más afectado por fenómenos meteorológicos extremos.

Hoy en día, gestionar los riesgos derivados del cambio climático debe ser un componente esencial de la estrategia de negocio, tanto a corto como a mediano y largo plazo. La capacidad de las empresas para adaptarse a estos riesgos determinará su capacidad para mantener la continuidad operativa y asegurar su viabilidad en un entorno global cambiante.

Los recientes desastres naturales, como los huracanes Milton y Helene en Estados Unidos, ilustran el impacto devastador que puede tener el cambio climático tanto en comunidades como en el ámbito empresarial. Según el presidente Joe Biden, solo el huracán Milton provocó daños estimados en 50,000 millones de dólares, lo que resalta la magnitud del problema.

Estos ejemplos demuestran por qué el cambio climático lidera la lista de riesgos globales y la urgente necesidad de que las empresas gestionen estos riesgos de manera proactiva.

Impacto en las empresas

De acuerdo con este informe, el 77% de la población global afirma sentir los efectos del cambio climático en su vida diaria. Esta cifra no solo refleja una creciente presión pública para que se tomen medidas, también representa una oportunidad para que las empresas asuman un papel clave, ayudando a sus consumidores, empleados y otros grupos de interés a enfrentar estos desafíos. Las organizaciones que adopten un enfoque proactivo pueden mejorar sus relaciones con estos grupos y fortalecer su posición como líderes en sostenibilidad.

A este tema, tenemos que sumar los numerosos impactos directos que el cambio climático tiene en las operaciones empresariales. Hoy, las empresas enfrentan una serie de desafíos concretos que requieren atención urgente, incluyendo:

1. Disrupciones en las cadenas de suministro. Fenómenos meteorológicos extremos pueden interrumpir rutas logísticas clave, afectando la entrega de productos y el acceso a mercados.

2. Escasez de materias primas. El agotamiento de recursos naturales, como el agua y ciertos materiales críticos, afecta la disponibilidad y el costo de insumos esenciales para la producción.

3. Problemas de salud para empleados. El aumento de olas de calor y condiciones climáticas extremas pone en riesgo la salud y productividad de los empleados, generando mayores costos laborales.

4. Daños a infraestructuras críticas. Inundaciones, tormentas y otros eventos climáticos severos pueden dañar instalaciones y maquinaria, afectando gravemente las operaciones y generando altos costos de reparación.

5. Aumento de los costos operativos. Las primas de seguros se incrementan a medida que los riesgos climáticos se vuelven más frecuentes, afectando directamente los presupuestos empresariales.

6. nestabilidad en los precios de la energía. Las fluctuaciones en la disponibilidad de energía renovable o convencional, debido a fenómenos climáticos, afectan los costos energéticos y la planificación a largo plazo.

7. Cambios regulatorios: La creciente presión gubernamental para reducir las emisiones de carbono obliga a las empresas a adaptar sus modelos operativos, generando costos adicionales y la necesidad de innovar tecnológicamente.

Adaptación y Resiliencia

Más allá de las consecuencias físicas inmediatas, el informe subraya la importancia de que las empresas integren la “resiliencia climática” en sus planes estratégicos. Esto no solo implica la protección de sus activos frente a fenómenos extremos, sino también la adaptación de sus modelos de negocio a un entorno regulatorio cada vez más exigente.

Los gobiernos de todo el mundo están intensificando las normativas climáticas, exigiendo reducciones más agresivas de las emisiones de carbono y una adopción más rápida de energías renovables. Las empresas deben estar preparadas para cumplir con estas regulaciones, ya que el incumplimiento puede traducirse en sanciones y pérdida de competitividad.

La tecnología también juega un papel clave en la adaptación y resiliencia al cambio climático. Las inversiones en energías renovables, la digitalización de los procesos productivos y el uso de inteligencia artificial para gestionar los recursos son medidas esenciales para reducir la huella de carbono y aumentar la eficiencia operativa.

Al mismo tiempo, el informe destaca la necesidad de que las empresas diversifiquen geográficamente sus operaciones para reducir su exposición a desastres naturales en áreas específicas. La diversificación de ubicaciones permite una mayor flexibilidad y capacidad de respuesta ante interrupciones en la cadena de suministro, lo que garantiza la continuidad del negocio en tiempos de crisis.

Sin embargo, es importante señalar que esta fragmentación de las operaciones puede, en algunos casos, incrementar las emisiones y el impacto ambiental de la empresa, ya que implica una logística más compleja y mayores requerimientos energéticos en diferentes ubicaciones.

En conclusión, el cambio climático no es solo una amenaza para el medio ambiente, sino un desafío central para las empresas en todo el mundo. Las compañías que no logren integrar estrategias efectivas de adaptación y mitigación corren el riesgo de enfrentar pérdidas significativas, tanto en términos financieros como operativos.

La capacidad de responder al cambio climático, mediante la innovación tecnológica, la diversificación operativa y la gestión proactiva de riesgos, será un diferenciador clave para aquellas empresas que busquen prosperar en un mundo cada vez más incierto y afectado por la crisis climática.

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Nota del editor: Antonio Vizcaya Abdo, consultor en distintas organizaciones y profesor en la Universidad Nacional Autónoma de México enfocado en Sostenibilidad Corporativa. Reconocido por LinkedIn como Top Voice en Sostenibilidad. Síguelo en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

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