Por segunda ocasión en la historia del país, Trump retiró a Estados Unidos del Acuerdo de París. Así mismo, la política de expansión del uso de gas y petróleo por la administración de Trump ya generó dos víctimas: la retirada de los grandes bancos americanos de la Alianza Bancaria de emisiones netas cero (NZBA), y la retirada de Blackrock de la Alianza de Administradores de Activos (Asset Managers) para emisiones netas cero (NZAM).
La política de negación del cambio climático generará mayores riesgos físicos agudos (sequías, inundaciones, incendios forestales, eventos de precipitación extrema) y crónicos (aumento de temperatura y nivel del mar, expansión de plagas). No es necesario mirar lejos, conocemos casos concretos y recientes en que los riesgos climáticos se tradujeron en un mayor número de huracanes, o en su mayor intensidad, tal como Otis en Acapulco; o en incendios catastróficos, como en Los Ángeles.
En cuanto a los riesgos de transición (políticos y legales; tecnológicos; de mercado y reputacionales), las políticas de la nueva administración estadounidense podrían frenar los avances en regulación ambiental. Se prevén escenarios en los que disminuirán los esfuerzos de la Agencia de Protección Ambiental (US EPA, por sus siglas en inglés) y de la Comisión de Bolsa y Valores (SEC, por sus siglas en inglés) en materia de control de emisiones y reportes no financieros, conocidos como reportes de sustentabilidad.
Dicha laxitud va en contrasentido a lo que ocurre en el resto del mundo, incluyendo México donde el pasado 28 de enero la Comisión Nacional Bancaria y de Valores publicó modificaciones a las disposiciones de carácter general aplicables a las emisoras de valores y a otros participantes del mercado de valores, obligando a generar reportes de sustentabilidad que incluyan los impactos financieros del cambio climático.
Tan real como Trump, es que el cambio climático es un fenómeno global y complejo que afecta a todos los sectores, por eso los principios de Gobernanza Climática del Foro Económico Mundial son una herramienta clave para los consejos de administración. Estos principios buscan fortalecer la capacidad de las empresas para responder a los desafíos climáticos en la toma de decisiones.