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Sostenibilidad, el negocio que nadie puede ignorar

La COP30 en Belém, Brasil, a celebrarse en noviembre, se perfila para ser la COP de la naturaleza, lo cual deja claro que la protección de la biodiversidad es el siguiente gran imperativo global.
mar 23 septiembre 2025 06:01 AM
SBN y cambio climatico
Las empresas que entiendan la sostenibilidad como un pilar de su estrategia financiera, y no como un costo, serán las que lideren el mercado del futuro. No puede haber intermitencia en los esfuerzos, considera Andrea Amozurrutia Casillas.

Para mí la sostenibilidad nunca ha sido un asunto de altruismo o de relaciones públicas. Se trata de un asunto de rendición de cuentas, así como se hace con los ingresos y las utilidades. En un mundo que se calienta a un ritmo acelerado, el lenguaje de la sostenibilidad está dejando de ser una disciplina paralela y se está convirtiendo, por fin, en el lenguaje de los negocios.

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La existencia del cambio climático (la modificación a largo plazo de temperaturas y patrones climáticos) ya no es un debate. La temperatura media del planeta es hoy 1.1°C más elevada que a finales del siglo diecinueve, una realidad que nos obliga a tomar decisiones fundamentadas en evidencia, aprovechando el conocimiento y los recursos técnicos a nuestra disposición para evaluar, diagnosticar y desarrollar estrategias que nos permitan asegurar la producción sostenible de los bienes y servicios que requerimos, y que también serán necesarios para las generaciones que vienen detrás de nosotros.

La COP en Brasil se perfila como un nuevo momento crucial para la agenda climática global. Cada año, la Conferencia de las Partes se convierte en el escenario de intensas negociaciones y, con frecuencia, la percepción de sus resultados es de frustración o, incluso, de fracaso. Sin embargo, este foro es el telón de fondo que nos recuerda que el costo de la inacción financiera será cada vez más elevado, sin importar lo que se negocie. Lo dijo Simon Sitel, secretario ejecutivo de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (CMNUCC), en su reciente estancia en nuestro país: el financiamiento de la lucha contra el cambio climático no es un gasto, sino una inversión, tanto para las empresas como para las instituciones financieras. Los números lo demuestran: por cada grado que aumente la temperatura global, las economías emergentes como la nuestra podrían registrar pérdidas de hasta el 16% del PIB.

En México, el panorama es aún más apremiante. Los datos de diversas fuentes, incluidas la NASA y la UNAM, indican que el país se calienta a un ritmo más acelerado que el promedio global (3.2°C por siglo frente a los 2°C mundiales). De continuar esta tendencia, para 2100, la ubicación actual de los aeropuertos de Acapulco y Cozumel podría estar bajo el agua. Más allá de los riesgos físicos evidentes, los efectos se manifestarían directamente en la cadena de valor y en la producción alimentaria. Cultivos como maíz, caña de azúcar, trigo, arroz, soya y sorgo podrían registrar pérdidas de productividad de entre 5% y 20% en las próximas décadas y de hasta 80% a finales del siglo, según un reporte de Fundar.

Pero si bien la atención inicial se centra en el cambio climático, esto es solo la punta del iceberg. El próximo gran desafío es la biodiversidad. La pérdida de flora y fauna y la degradación de ecosistemas son riesgos que impactan directamente en la producción agrícola y en la estabilidad de cadenas de suministro completas. La COP30 en Belém, Brasil, a celebrarse en el mes de noviembre, se perfila para ser la COP de la naturaleza, lo cual deja claro que la protección de la biodiversidad es el siguiente gran imperativo global.

Frente a este escenario, la regeneración estratégica y sostenida de las zonas de cultivo, la reforestación, la protección de los mantos acuíferos o la reducción de gases de efecto invernadero (GEI) son acciones indispensables. Y para que todo esto suceda, se debe invertir. Se calcula que por cada dólar invertido en adaptación y resiliencia climática se logran más de 10 dólares en beneficios en costos futuros evitados, según un estudio del World Resources Institute (WRI). Las empresas que entiendan la sostenibilidad como un pilar de su estrategia financiera, y no como un costo, serán las que lideren el mercado del futuro.

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La reciente actualización de la Estrategia Nacional de Cambio Climático (ENCC) en México contempla una reducción no condicionada de 35% de gases de efecto invernadero para 2030. Esto va mucho más allá de sólo determinar un gravamen a la emisión de carbono que, de no estar etiquetado para su uso en la mitigación y resiliencia, no soluciona el problema y puede generar el equívoco de pensar que si se paga se tiene derecho a contaminar. Se trata de transformar los sectores industriales involucrados: energía, transporte, industria alimentaria, residuos, etc. Este reto requiere de una inversión de 1.7 billones de pesos anuales, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP). Para llevar a buen puerto esta transformación, la colaboración entre los sectores público y privado es indispensable, a través de políticas públicas, inversiones privadas e instrumentos financieros ligados a objetivos de sostenibilidad.

Hay que reiterarlo las veces que sea necesario: las empresas que entiendan la sostenibilidad como un pilar de su estrategia financiera, y no como un costo, serán las que lideren el mercado del futuro. No puede haber intermitencia en los esfuerzos. La COP30 en Brasil nos recordará, una vez más, que la acción climática y la protección de la naturaleza son cuestiones de disciplina, de alineación de objetivos y, sobre todo, de valor económico en el tiempo.

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Nota del editor: Andrea Amozurrutia Casillas es Directora de Finanzas, Sostenibilidad y Comunicación Corporativa en Grupo Herdez. Miembro de la Coalición de Directores Financieros de Pacto Global de Naciones Unidas y del Consejo Directivo de Pacto Global México. Presidenta del Subcomité ESG de Fondo de Fondos y de la Comisión de Sostenibilidad de la Cámara Nacional de la Industria de Conservas Alimenticias (CANAINCA0029. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.

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