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Futuro líquido: lo que el agua puede enseñarle a la innovación empresarial

Quienes cuentan con estrategias hídricas robustas acceden a mejores condiciones de financiamiento, atraen talento calificado y se posicionan como líderes en sus sectores.
mié 19 noviembre 2025 06:01 AM
agua y sostenibilidad
Las organizaciones que comparten infraestructura hídrica pueden reducir inversiones individuales e implementar sistemas de tratamiento compartidos difíciles de alcanzar de forma aislada, considera Lucas Barrionuevo. (Foto: Ghaith Alsayed/Getty Images)

El agua lleva millones de años perfeccionando su estrategia de supervivencia. Cambia de estado, se adapta a cualquier contenedor y encuentra caminos alternos. Nosotros, por el contrario, llevamos décadas tratando de controlarla, contenerla, incluso transformarla. Las lluvias extremas con sus inundaciones y deslaves son el indicador de que quizá ha llegado el momento de aprender de ella.

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La conversación sobre este líquido, en el gobierno, en las empresas y hasta en la sociedad se ha concentrado en el riesgo. Esta narrativa ha convertido al recurso más abundante del planeta en un enemigo; pero esta forma de ver las cosas resulta limitada y, francamente, poco inteligente.

El agua no es el problema. Nuestra incapacidad para relacionarnos con ella de forma diferente, sí lo es. Es fundamental entender que este recurso es una de las oportunidades de innovación más relevantes del siglo XXI. Durante décadas, las empresas han intentado controlar el agua, sin embargo, las que triunfen mañana serán las que aprendan a fluir con ella.

El puente hacia el futuro

Una cosa es evidente. La tecnología ha abierto una ventana muy importante para esta transformación. Por ejemplo, los sensores IoT son capaces de monitorear en tiempo real cada gota que entra y sale de una planta industrial. Por otro lado, la IA predice patrones de consumo y optimiza procesos que antes desperdiciaban miles de litros al día.

Pero la tecnología por sí sola no cambia paradigmas. Necesita una mentalidad empresarial que vea más allá del balance trimestral. De este modo, las compañías que incorporan la gestión hídrica como eje estratégico reportan reducciones en costos operativos y, más importante aún, crean nuevas líneas de negocio alrededor de soluciones verdes.

Diferentes sectores pueden liderar esta revolución. En la manufactura, el modelo permite repensar procesos productivos donde el agua circule en sistemas cerrados, donde cada litro cumpla múltiples funciones antes de salir de la planta. La industria alimentaria tiene la capacidad de convertir este líquido en energía, en fertilizantes o en productos de valor agregado.

Otro punto importante, es que este enfoque también fortalece ambientes de colaboración completamente nuevos. Las organizaciones que comparten infraestructura hídrica pueden reducir inversiones individuales e implementar sistemas de tratamiento compartidos difíciles de alcanzar de forma aislada. Por ejemplo hoteles que logran cerrar circuitos de agua y así reducir en 80% su consumo.

Un aliado estratégico

Y aquí es donde se hace evidente la oportunidad estratégica. Los criterios ESG ya no son opcionales. Los inversionistas evalúan este factor como un indicador crítico de viabilidad a largo plazo. Entonces, quienes cuentan con estrategias hídricas robustas acceden a mejores condiciones de financiamiento, atraen talento calificado y se posicionan como líderes en sus sectores.

El cumplimiento de criterios ambientales, sociales y de gobernanza pasa inevitablemente por el agua. Una compañía que reduce su huella hídrica y que invierte en tecnologías de tratamiento está construyendo un expediente ESG que habla más fuerte que cualquier reporte de sostenibilidad.

México tiene una oportunidad histórica. Aunque el país enfrenta estrés hídrico en varias regiones, también vive un momento de transformación empresarial sin precedentes. Cada vez más compañías integran la sostenibilidad hídrica en el corazón de su estrategia, impulsadas por el auge de las empresas B y el ecosistema de innovación verde que promueve modelos circulares y regenerativos. Al mismo tiempo, emergen normativas que penalizan el uso intensivo y lineal del agua, lo que convierte su gestión responsable en un nuevo eje de competitividad y sostenibilidad para el país.

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La rigidez quiebra, la fluidez permanece

Aquellos que insistan en modelos lineales, extractivos y poco adaptables, enfrentarán mercados cada vez más complejos y exigentes sin las herramientas necesarias para ser competitivos. Quienes adopten la naturaleza del agua —flexible, eficiente y regenerativa— construirán negocios más rentables y resilientes.

El futuro será líquido porque el agua siempre encuentra su camino. ¿Las empresas fluirán con ella o se quedarán estancadas en modelos obsoletos? Las compañías más fuertes del futuro serán como el agua: adaptables, regenerativas, inteligentes.

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Nota del editor: Lucas Barrionuevo es Cofundador de Somos PURA. Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente al autor.

Consulta más información sobre este y otros temas en el canal Opinión

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Opinión Agua Empresas Innovación

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