La IA aumenta el riesgo de precariedad laboral

"Hay ciertas ocupaciones, especialmente las rutinarias y sencillas, que son particularmente vulnerables y probablemente van a desaparecer al menos parcialmente", explica Juan Ignacio Sánchez, profesor en Comportamiento Organizacional y Capital Humano del Tec de Monterrey.

La automatización no solo implica pérdida de empleos, sino también una mayor carga laboral para los empleados que permanecen en sus puestos. Ricardo Murcio, profesor del Departamento de Estrategia y Liderazgo de EGADE Business School, advierte que con la tecnología en general las personas se vuelven sucursales que están disponibles 24 horas los siete días a la semana todo el año. El uso de herramientas de IA para monitorear el desempeño de los empleados contribuye a esta presión constante, con métricas y algoritmos que evalúan la productividad en tiempo real, lo que puede derivar en agotamiento y burnout.

La tercerización también es una consecuencia de la integración de la IA en las empresas, pues al tener herramientas que le hagan más productiva, una persona optara por trabajar en distintas organizaciones como freelancer, una posición que no cuenta con prestaciones laborales.

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A la par, como lo anticipa el Foro Económico Mundial, las empresas demandan nuevas habilidades que tengan que ver con la Inteligencia Artificial. De acuerdo con Carlos Bueso, director de Experis México, para 2030 prácticamente un 50% de las habilidades que se requerirán de los empleados no están hoy en existencia.

"Y hoy en día existe en México 70% de escasez de perfiles asociados a la inteligencia artificial, por lo que muchas empresas buscan talento en el exterior”, comenta Bueso.

Con este pronóstico de demanda, las personas que no se estén capacitando se quedarán rezagadas, advierte Murcio, lo que generará una mayor precariedad económica y un mayor distanciamiento social.

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Estrategias para minimizar los riesgos de la IA

Para mitigar parte de estos riesgos, existen diversas estrategias que se pueden implementar a nivel empresa o gobierno.

Una de ellas es la capacitación continua. "Las empresas deben definir cómo los empleos actuales evolucionarán y asegurar que haya una estructura de formación constante para que sus trabajadores no queden rezagados", menciona Bueso.

La creación de centros de formación en IA dentro de las empresas permitiría que los empleados adquieran nuevas habilidades y se adapten a las exigencias del mercado. A la par, las universidades deberían de migrar a un sistema de enseñanza más modular y no tanto de grados, dice Sánchez, para ayudar a que más personas puedan actualizarse en sus diferentes campos.

Murcio también señala que los beneficios de la IA se deben reflejar en los salarios. El académico explica que el crecimiento de una persona, y el de su salario, no solo debe ser medido verticalmente, sino que también debería ser medido en su capacidad de ensanchar la productividad.

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“Si yo, teniendo mi misma posición, por la experiencia que tengo, por la capacidad que tengo, por el conocimiento que tengo, puedo hacer más en mi misma posición que otros, pues eso también me podría generar un mayor ingreso”, asegura Murcio.

Otra estrategia clave es la regulación gubernamental. Murcio señala la importancia de establecer límites claros entre el trabajo y la vida personal para evitar la sobreexplotación laboral. Además, es crucial garantizar el acceso a la tecnología en todas las regiones para evitar la exclusión de quienes no pueden costear formación especializada.

La inteligencia artificial continuará transformando el mundo, su impacto dentro de lo laboral dependerá de cómo se gestione su implementación. Si las empresas y los gobiernos adoptan estrategias que prioricen la capacitación, la regulación y la inclusión, la IA puede convertirse en una herramienta para mejorar las condiciones laborales en lugar de precarizarlas. De lo contrario, el riesgo de una mayor desigualdad en el empleo será cada vez más evidente.