Es innegable que las grandes empresas en México están cada vez más comprometidas con la reducción de sus emisiones y la adopción de prácticas sostenibles, de acuerdo con SAP, 55% de las empresas en el país consideran la sostenibilidad como parte integral de su estrategia de negocio. Sin embargo, uno de los principales desafíos que enfrentamos es la inmadurez de nuestra cadena de proveedores en términos de sostenibilidad y descarbonización.
Desconocimiento, reto a superar para reducir emisiones en cadenas de suministro
A diferencia de otros países donde los proveedores ya cuentan con experiencia en estas áreas, muchos de los proveedores locales aún no tienen la sofisticación ni las herramientas necesarias para adaptarse a estas nuevas exigencias. Según investigaciones, las emisiones indirectas que se producen en las cadenas de suministro representan hasta dos tercios de las emisiones de carbono de las organizaciones, y más del 70% de las empresas a nivel global desconocen el origen de esas emisiones en sus cadenas de valor, imposibilitando su medición y reducción. Este último número podría estar cerca del 90% en el caso de México.
En este escenario, las grandes empresas en el país podrían tomar un papel activo para identificar y medir estos valores de emisiones en su cadena de valor, para después continuar el objetivo de reducirlos. La pregunta es ¿cómo hacerlo?
Es fundamental que las grandes empresas establezcan una comunicación clara y transparente con sus proveedores sobre la importancia de las prácticas de sostenibilidad. Esto implica compartir información, mejores prácticas y ofrecer capacitación y recursos para ayudar a los proveedores a adaptarse a estas nuevas exigencias.
Además, las grandes organizaciones pueden desempeñar un papel clave al establecer estándares y criterios claros para evaluar a sus proveedores en términos de sostenibilidad. Esto no solo fomentará la adopción de prácticas sostenibles, sino que también permitirá a las empresas identificar y trabajar con proveedores que comparten sus valores y compromiso con la sostenibilidad.
Un gran reto en México para la adopción de prácticas sostenibles es que más del 99% de las empresas son de tamaño micro, pequeño y mediano, según el último reporte de la Secretaría de Economía. Dado que las mipymes suelen tener menos recursos y capacidades para adaptarse a los criterios ESG, las grandes empresas que dependen de ellas en su cadena de suministro tienen la responsabilidad de ayudarles a ponerse al día.
Es importante destacar que impulsar los valores de sostenibilidad en la cadena de valor no solo beneficia al medio ambiente, también a las propias empresas. Al trabajar en conjunto para reducir las emisiones y adoptar prácticas sostenibles, las empresas pueden mejorar su reputación, reducir riesgos, generar eficiencias operativas a largo plazo, e incluso nuevo valor al integrar a la sostenibilidad a su estrategia de negocio. Aún con estos beneficios, vemos algunas barreras comunes en las organizaciones, siendo estas algunas de las principales:
- Falta de conciencia y comprensión: muchas empresas aún no comprenden completamente los beneficios de la sostenibilidad y pueden percibirla como un costo adicional o una carga. Es fundamental crear conciencia y educar a todos los niveles de la organización sobre la importancia de la sostenibilidad y los beneficios que puede aportar. Esto incluye capacitar a los empleados, establecer metas claras y medibles, y fomentar una cultura empresarial que valore la sostenibilidad.
- Falta de recursos y capacidades: integrar la sostenibilidad en el modelo de negocio requiere recursos financieros, tecnológicos y humanos. Muchas empresas pueden carecer de estos recursos o no tener las capacidades internas necesarias para implementar cambios significativos. Aquí es donde los aliados adecuados pueden ayudar a entrenar a su talento, desarrollar nuevas habilidades internas y poner en marcha herramientas tecnológicas que les permitan medir y reducir su impacto ambiental de manera más eficiente.
- Resistencia al cambio: el cambio siempre genera resistencia, y esto también se aplica a la integración de la sostenibilidad en las empresas. Puede haber una falta de voluntad para abandonar prácticas y procesos establecidos, especialmente si se percibe que esto afectará la eficiencia o la rentabilidad a corto plazo. Es importante destacar que la sostenibilidad no es solo una cuestión de cumplimiento normativo, sino que también puede ser una fuente de ventaja competitiva. Las empresas que adoptan prácticas sostenibles pueden mejorar su reputación, atraer a clientes y empleados comprometidos con la sostenibilidad y reducir sus costos a largo plazo.
Como mencionaba, las grandes empresas en México tienen la oportunidad y la responsabilidad de impulsar los valores de sostenibilidad en su cadena de valor. A pesar de los desafíos que enfrentamos en términos de desconocimiento e inmadurez de nuestros proveedores, podemos superarlos al establecer una comunicación clara, compartir información y establecer estándares claros.
Al hacerlo, no solo estaremos construyendo una cadena de valor más sostenible, sino también fortaleciendo nuestras propias empresas y contribuyendo al desarrollo sostenible e inclusivo de México y nuestro planeta.
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Nota del editor: Marina Cigarini es socia Senior y Managing Partner de McKinsey & Company México. Síguela en LinkedIn . Las opiniones publicadas en esta columna corresponden exclusivamente a la autora.
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