Desafíos en la implementación
A pesar de los beneficios evidentes, la transición a iluminación LED enfrenta obstáculos significativos. "En la iluminación pública todavía hay muchísima iluminación convencional. En la iluminación de retail también, en las industrias, en las fábricas, en los almacenes, es iluminación convencional", explicó Diana Flores.
Esta persistencia de tecnologías menos eficientes se debe a diversos factores, incluyendo los costos iniciales de inversión y la falta de conciencia sobre los beneficios a largo plazo.
Uno de los principales retos es la falta de normativas actualizadas que exijan la implementación de tecnologías más eficientes. "El avance tecnológico va mucho más rápido que la normativa y eso ralentiza las cosas", agregó la representante de Signify. Esta brecha entre la innovación y la regulación puede resultar en oportunidades perdidas para la adopción de tecnologías más eficientes y sostenibles.
Además, en el sector público, especialmente en la iluminación de espacios urbanos, existen desafíos adicionales. Los ciclos políticos de tres años en los municipios a menudo dificultan la implementación de proyectos de iluminación LED, ya que el retorno de inversión puede extenderse más allá del período de gobierno de un alcalde en particular.
Urgencia de acción
El cambio a iluminación LED se enmarca en un contexto de crisis climática global que requiere acciones urgentes y a gran escala. El sexto Informe de Evaluación del Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático (IPCC) advierte que, sin reducciones inmediatas y significativas de las emisiones de gases de efecto invernadero, limitar el calentamiento global a 1.5 grados centígrados o incluso dos grados estará fuera de alcance.
"Para limitar el calentamiento a unos 1.5 grados centígrados es necesario que las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero alcancen su punto máximo antes de 2025 y se reduzcan en un 43% para 2030", señala el informe del IPCC.
De acuerdo a Signify, la iluminación más eficiente también puede brindar otros beneficios como la mejora en la eficiencia energética al liberar recursos para otras inversiones críticas en infraestructura y servicios públicos.
En el contexto latinoamericano, países como Colombia y Panamá también están explorando el potencial de la iluminación LED para la descarbonización.
En Colombia, por ejemplo, cambiar todos los puntos de luz a LED podría reducir anualmente 421 mil toneladas de CO2 y generar un ahorro de 1,900 mil millones de pesos colombianos en costes energéticos.