Los números respaldan esa visión. Hoy, la compañía colabora con 42 comunidades amazónicas, impactando directamente a 12,000 familias (alrededor de 42,000 personas) y ha logrado conservar 2.2 millones de hectáreas de selva. El compromiso hacia el futuro es aún más ambicioso: cuadruplicar la compra de bioingredientes para 2030 respecto a 2020 y elevar a 3 millones las hectáreas bajo conservación.
Estos ingredientes, como el murumuru o la castaña, forman parte de fórmulas que se comercializan globalmente y cuya extracción sostenible representa no solo ingresos justos para las comunidades, sino también un incentivo real para la preservación de los bosques.
La empresa ha desarrollado un sistema de reparto de beneficios que reconoce y remunera el conocimiento tradicional de las comunidades, integrándolo con la investigación científica para generar soluciones de alto valor agregado.
“A la Amazonia la llamamos nuestro hub de innovación, es el que nos inspira, el que nos trae, no solamente a la cosmética, a la medicina”, sostiene Zaffora.
Este enfoque está dentro de su Visión 2050: Regeneración y Prosperidad, una hoja de ruta que busca transformar a Natura en un negocio 100% regenerativo, para lograrlo, tiene como primera meta a 2030 convertirse en una empresa net zero en emisiones directas (alcances 1 y 2) y reducir 43% las emisiones indirectas (alcance 3) respecto a 2020, sin recurrir a compensaciones.
El camino hacia esa meta se mide a través del IPNL, un modelo propio que evalúa los impactos de la empresa en cuatro capitales: natural, humano, social y productivo. Actualmente, Natura asegura que por cada dólar que factura, devuelve 2.5 a la sociedad, con la meta de alcanzar una proporción de uno a cuatro en 2030.
“Hoy ya somos una empresa de impacto positivo, pero para ser una empresa regenerativa tienen que dar los cuatro capitales de manera independiente, no en suma”, detalla Zaffora.
En el capital natural, el reto está en la descarbonización y la transición de una empresa carbono neutral —que compensa emisiones— a una empresa net zero, que elimina de raíz su huella en la atmósfera. Para lograrlo, Natura ha conformado equipos especializados en ecodiseño, fórmulas y logística, y trabaja en la reducción de materiales no cosméticos como empaques y catálogos. El objetivo es que la biodiversidad no solo se conserve, sino que se regenere activamente.